La brisa acompasada se torna en dulce movimiento con las hojas de los arboles cercanos. La noche comienza a asomar sus primeros rayos de impoluto temor.
Se cobija todo aquello que compone el paisaje, incluso lo que carece de vida.
Los montes y los llanos se tiñen de un oscuro de envidiable perfección, y la tristeza abunda en cada rincón del lugar.
Sonidos carácteristicos, voces que no percibe el hombre, susurros que limitan la calma, dialogos sepulcrales repletos de terror en esa noche infinita.
Aparecen los primeros vientos, las primeras nubes grises que tapan la sonrisa imperfecta que reina en los cielos, los ángeles se cambian por diablos y las flores se convierten en espinas.

Fria noche de timida lugubriedad, fria noche que abunda en nuestros corazones al igual que en lo que nos rodea, fria noche de sentido ensordecedor que convierte nuestros dias soleados en un tétrico anochecer.
Laguna desquiciada, roquedas de insaciable dolor, picos descendentes con la perdida del sol.....colinas agridulces, siluetas grotescas y conmigo un paisaje que cubre mi corazón.