Pregúntame cuando dudes, cuando no alcancen las palabras o los fantasmas tomen ocupada tu almohada. Cuando creas que me olvidé de los cuentos y de Mahler, cuando te sorprendas porque no llamé en mil días y quieras creer que te borré de la libreta de direcciones. Pregúntame cuando no suene el teléfono ni recibas más cartas, cuando suene nuestra canción en el supermercado y te acuerdes de las añaritas de caricias , o tal vez, cuando no podamos entender la manera tan desmañada de perdernos. Pregúntame si a mí me pasa lo mismo, si me encuentro perdido o te busco cada día en los demás, si la distancia sigue siendo la misma, o si todo podía haber sido mejor. De si alguien me hace sentir como vos . Si sigo manteniendo la fe intacta y si merecería la pena volver a inventar cada uno de los mapas que imaginamos para aquel mañana. Si queda algo de nosotros que rescatar entre las ruinas y si podemos seguir soñando en azul. Pregúntame , sobre todo, cuando dudes de nosotros, de lo real y de lo que no tuvimos en cuenta, de si me arrepiento de algo y de si lo volvería a hacer así de mal. Pregúntame dónde fueron los abrazos y las risas, las batallas a muerte entre sábanas y mis infinitos intentos de ocupar el mejor sitio de tu habitación y de tus otros mundos y rincones. Pregúntame si he aprendido la lección y si te echo de menos, si sabría cuidarte de nuevo o empezaría cada día a tu lado. Pregúntame cuando dudes, cuando saltes al vacío , cuando grites y algo te empuje por dentro, cuando ni siquiera te acuerdes de mí , cuando empieces una nueva historia o cuando des por hecho que yo también soy feliz así, de esta manera, sin tenerte y sin tenernos o simplemente pregúntame, cada una de las veces que necesites oír una sencilla respuesta.
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