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 Puedo escribir los versos más tristes esta noche
 Y eso es indicio claro de una depresión ad portas
 Sin embargo disimulo y me pongo a teclear,
 Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
 y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»
 Pero eso me parece un tanto cursilón puesto que
 El viento de la noche gira en el cielo y canta.
 Y eso es sinónimo de irresponsabilidad funcionaria
 Puedo escribir los versos más tristes esta noche
 Me parece que eso ya lo dije y me preocupo
 Porque parece que el Alzheimer ya me tiene entre ojos
 Yo la quise, y a veces ella también me quiso
 Y a veces no nos queríamos ninguno de los dos,
 Al contrario, llegamos a aborrecernos.
 En las noches como ésta la tuve entre mis brazos
 Con claras intenciones de ahorcarla y al verla
 Tan desamparada y muerto de miedo
 Me entró el arrepentimiento y
 La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
 Ella me quiso, a veces yo también la quería.
 Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos
 ¡Lechuza! Le gritaba y después salía arrancando.
 Puedo escribir los versos más tristes esta noche
 Pero ojalá que Investigaciones no esté escuchando
 Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido
 Que un certero hachazo zanjó la situación
 Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella
 Gritándome asesino, asesino de mierda
 Y el verso cae al alma como al pasto el rocío
 Eliminé las pruebas, hasta un gato que era testigo
 Lo estrangulé inclemente antes que maullara.
 Qué importa que mi amor no pudiera guardarla
 Si para eso está la fosa que cavé con mis manos
 La noche está estrellada y ella no está conmigo
 Obvio, está re muerta debajo de un rosal florido
 Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos
 No vayan a ser testigos, mejor será que averigüe
 Mi alma no se contenta con haberla perdido
 Acaso en el otro mundo la encuentre y le pida perdón.
 Como para acercarla mi mirada la busca
 Bajo ese promontorio negro ella descansa
 Mi corazón la busca, y ella no está conmigo
 Está en el otro mundo aburriendo a San Pedro
 La misma noche que hace blanquear los mismos árboles
 La hizo blanquear a ella, rociada de cal
 Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos
 Ella es ahora finada y yo el pelado asesino
 Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise
 
 Mi voz buscaba el viento para tocar su oído
 Su sordera me espantaba, lechuza Tapia
 De otro. Será de otro. Como antes de mis besos
 De otros, de los gusanos, que festín se estarán dando
 Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos
 Pronto será podredumbre y de allí será esqueleto
 
 Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero
 Ver por última vez en esa oscura tumba
 Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido
 Tan cortas las vacaciones y tan largo el mes de Mayo
 Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos
 Ahora es hija de la tierra y pasto de los gusanos
 Mi alma no se contenta con haberla perdido
 Prefiero quedarme callado, no puedo ser tan hipócrita
 Aunque éste sea el último dolor que ella me causa
 El canazo nadie me lo despinta, será cadena perpetua
 y éstos sean los últimos versos que yo le escribo
 Después me espera la cárcel y allí te quiero ver, Pablo…
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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