No existe nadie que llene mi vacío
con magia de libertad,
nadie que le sonría a mi alma
con sus dudas, ajenas pero propias...
Nadie que despierte mi ausencia
derramándola con lejana ternura,
nadie que omita criterios
resaltando realidades sentidas...
Nadie que vislumbre tan bien mi brillo,
que escuche los gritos silenciosos de mi alma,
que disperse las dudas sin forma,
que devuelva mi pasado a este segundo...
Nadie que conviva con mi contínua despedida,
acariciando mi presencia aunque no esté,
reviviendo mi ternura en un diálogo,
ralentizando vida en mi morir...
Nadie sino tú, en quien me sumerjo
una y mil veces, encontrándome siempre.
Y mis esperanzas siempre viven en tu recuerdo,
y mi alegría se hace eterna con tu brillo,
y mis melodías resuenan con tu nombre
y mi grito se convierte en armonía si tú estás...
Sin esperar nada lo espero todo,
sin ser nada me lleno en tu existir,
con voces mudas me sobrevive tu recuerdo,
que jamás fue como los demás...
Sentenciada a esos pocos minutos regalados,
sumergida en tu mirada buscando verdad,
naufragando en tu vida con secundario lugar,
serpenteando en tus caminos transitados a solas...
Nostalgia atrapada en mi pasado,
entrega incondicional de mi alma
que deambula por tu vida a cada instante,
mientras mis huellas siguen desdibujándose
tan sólo percatadas por tu búsqueda...
Gracias.
(A tí, que sabes quién soy
porque buscas quién eres...)
(15/11/04) |