Sus ojos brillaban bajo la luz de la luna. Nunca la había visto tan bella. Solo podía mirarla mientras hablaba de cosas sin importancia, había esperado tanto ese momento que no podía creer que estuviera pasando.
Lentamente me acerqué sin dejar de mirarla, rocé su suave piel y desee tanto tenerla, más que nunca. Su voz volaba en la noche como un suave canto de sirena. Me acerqué cada vez más, ella proseguía con un relato de sus vacaciones de verano y de un muchacho que conoció. Después de dudar un momento tomé sus manos lentamente mientras ella continuaba con su relato, -....una amiga me lo presentó, deberías de conocerlo. Tal vez algún día......
Sus manos eran tan suaves, cada vez me acercaba más, estábamos bajo la luz de la luna, en el parque, escasamente iluminado, y una loca idea cruzó por mi cabeza: ella lo había planeado todo, después de todo ella me había citado aquel día, en ese lugar, ella me había buscado y me había dicho: Te espero en el parque al anochecer, tenemos tantas cosas de que hablar.
Todo estaba tan claro. Me acerqué con decisión buscando sus labios, cuando estuve tan cerca de ella su rostro se ruborizó, me miró fijamente y me dijo: " Es él", "¿quién?" pregunté yo volteando a mirar hacia el otro extremo del parque. “Es Willy, el chico que conocí en mis vacaciones. ¿En qué estabas pensando?" Un muchacho alto caminaba en la oscuridad como buscando a alguien. Ella se alisó el cabello con la mano y partió a su encuentro.
Por fin comprendí todo, esta había solo sido una salida de amigos.
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