Mes de la serenidad. Día de la Cooperación. Madrugada avanzada.

-LORA BRAGAS SUCIAS- te ha escrito este mensaje desde -NEW YORK- .

¿Qué tal Sean?

Me ha reventado los ovarios que no hayas superado los baremos de empatía. Lo siento, sé lo que significaba para ti entrar en esa Mesa, pero déjame decirte que a mí todos me parecen una panda de burócratas que te imponen su “bondad” como si te tuvieses que arrodillar a comerles la polla (seguro que la tienen minúscula, aunque sean negros). Que sí, que me parece una tremendísima injusticia, que nadie me ha demostrado tanta empatía como tú y mucho menos esos levitantes de la Mesa Humanista. Pero mira, me alegro, ya somos dos pudriendo el mundo. Joder, tío. Joder. ¿Qué iba a decirte? Ah!

Pues mira. He encontrado a un señor mayor, no sé cuantos años tendrá pero no baja de sesenta, a juzgar por la voz, porque lo que es la imagen se niega en rotundo a mostrarla. Anda haciéndose pasar por verificador histórico. Consigue permisos para husmear en las datatecas e incluso en bibliotecas de poblaciones menores. De vez en cuando vive en Donegal, en lo que antes era el Eire. Parece que allí todavía es legal profesar algunas confesiones irracionales (la renovadora cristiana o la misericordia, creo) por lo que tienen bastante manga ancha con eso de mirar hacía el pasado. Se llama Carl Kepper Zabala, por si lo quieres buscar.

Pues el tal Carl es un cachondo y está a punto de palmarla. No me lo ha dicho, pero lo deduzco y digo yo que tiene prisa por hacer algo estimulante como ir exhibiendo algunos secretos comprometidos de Ecuanimidad hasta que le practiquen una piadosa lobotomía. Sabe mucho, me lo ha demostrado. No está loco, es coherente y quiere gente dispuesta a seguirle en el subidón. La cuestión, ¿puede ser peligroso?, pues sí. Pero bueno, tu verás, ¿te apuntas?



Mes de la serenidad. Día de la Sistematización. Mañana intermedia.

-SEAN CEBRA MADRE- te ha escrito este mensaje desde -MAPUTO- .

Lora, un abrazo:

Estoy triste, ¿sabes?. Han visto algo oscuro dentro de mí. No lo entiendo, dentro de mí tengo mucho amor y eso es luminoso. Pero debe ser que la luz cuanto más brilla, más nítidas son las sombras que arroja. Miro mis manos y están surcadas de cicatrices, algunas me duelen; son de trabajar, de trabajar para los demás, para que coman los demás. Hay algo que amas demasiado, tu diferencia, me han dicho. Siento su desaprobación en cada ración de comida que me echan, exageradamente generosa, para marcarme, para negar mi humildad, mi servicio.

Te dejo.



Mes de la Serenidad. Día de la Sostenibilidad. Madrugada intermedia.

-LORA BRAGAS SUCIAS- te ha escrito este mensaje desde –NEW YORK-.

Queridísimo Sean:

Gracias por contestarme tan diligentemente. Veo que te ha apasionado lo del tal Carl y has corrido a pedirme más información. Información que por otra parte ya me he encargado de ampliar por mi cuenta. Pero antes de hablar de ello, un inciso:

¡¡¡ERES GILIPOLLAS!!!

¿Pero cómo puedes desperdiciar tus energías en contarte las heridas de las manos a ver si has llegado al mínimo?, ¿Cómo puedes sentirte culpable por unas sombras que nadie hasta ese momento había advertido?. Sean, en tu pueblo todos se quieren unos a otros, a ti te quieren como a un hijo; normal, en tu pueblo es obligatorio quererse. La diferencia es que a ti te ADMIRAN. Tú eres demasiado inteligente, demasiado sexual (quiero más fotos) y que además seas demasiado buena persona les saca de quicio, les desmonta sus esquemas.

Envidia, Sean, te tienen envidia y esas sombras que dicen ver en ti son la incomodidad que ellos sienten al verte triunfar en terrenos donde ellos se vieron excluidos. Estoy segura que te están apuntando tres puntos más de sombras ahora mismo, mientras manejas con tanta habilidad el ordenador. No sé como llamar eso que tienes, pero cuando hablemos con Carl intuyo que le encontraremos un nombre.

Hablando de Carl, por favor, dime que sí, que quieres más información y la protegerás como a tu propia vida. Le hablé de ti, hablamos mucho de ti.

Una chupadita en tu glorioso gran glande y anímate.



Mes de la Tolerancia. Día de la Autoestima. Mañana inicial.

-SEAN CEBRA MADRE- te ha escrito este mensaje desde -MAPUTO- .

Gracias amiga Lora:

“Chupadita” recibida. Perdona por tardar en contestar. He estado pensando en todo lo que me has dicho y me resulta tan extraña tu forma de pensar que me da miedo comprenderla. Me da miedo porque me saca de mi pueblo, de mi familia y el exilio es doloroso. El caso es que habitar aquí también es doloroso. Huyo del dolor como un animal y no sé a dónde ir.

Me pregunto porqué hablo contigo ahora y porqué desde que aprendí a manejar el código necesitaba una pocas palabras de Lora todos los días. Creo que quiero que me hagas comprender porqué me siento exiliado y porqué no debería sentirme culpable por ello. ¿No es bondad sentirme así? Y lo más angustioso de todo es que creo que lo comprendo. Y descubro en ti una forma de amar, egoísta y generosa a la vez que aquí nadie me mostraría, quizás por ser peligrosa.

Dices que ese Carl sabe cosas que nos interesa. Dices que a mí me ayudaría a reconstruir mi identidad, ¿Pero tú?, ¿Qué interés tienes en lo que ese anciano pueda decirnos?, ¿Porqué quieres encontrar las sombras a Ecuanimidad?

Pero está bien Lora, acepto el juego. ¿Qué otras opciones me quedan?. Aunque sólo sea para que me sigas hablando.

Un fuerte abrazo.



Mes de la Tolerancia. Día de la Reciprocidad. Madrugada intermedia.

-LORA BRAGAS SUCIAS- te ha escrito este mensaje desde –NEW YORK-.

Abrazo recibido, Sean. Hubiera preferido otras cosas, pero eso será cuando te decidas a venir. Te reenvío lo último que me ha pasado Carl. Ni se te ocurra dejarme con el culo al aire. Guárdalo en una memoria exógena y escóndelo.


>>>>>>Mes de la Tolerancia. Día de la Reciprocidad. Tarde inicial.

-CARL CIELO DE OVEJAS- te ha escrito este mensaje desde –DONEGAL-.

Antes del triunfo de la Revolución Solidaria existía un mundo cuyos conceptos no podemos ni siquiera concebir. Se supone que los principios de nuestra época se basan en amarnos los unos a otros de acuerdo a un método riguroso, ajustado para que sea posible. Pero hay algo que no encaja. ¿Porqué entonces sólo hay una manera de ser?, ¿Porqué todos vestimos los mismos pantalones?, ¿Porqué todas las casas son iguales?, ¿Porqué todas las botellas de agua tienen el mismo dibujo?, desde Pekín hasta la Patagonia.

¿Porqué nadie puede muscularse demasiado o adornarse el rostro?, ¿Porqué no se puede decir que prefieres a una mujer de pechos grandes o una forma de preparar el pescado?. ¿Por qué está mal visto exhibir cierto nivel de inteligencia?. ¿Porqué no podemos hablar de la cojera o el color de los ojos?

Antes existía diferencias. Sean, por ejemplo, tendría unas propiedades específicas por el hecho de ser mozambiqueño. Había diferentes pantalones y abrigos. Y diferentes formas de embotellar el agua. Abrigaban y quitaban la sed, pero eran diferentes y cada cual escogía. La gente buscaba diferencias y no simulaban estar a gusto con todo. Despreciaban unas y buscaban otras. Sobre todo despreciaban.

Después de la revolución se eliminan las diferencias si es posible y cuando no, Ecuanimidad, que es una palabra extraída del budismo occidental aunque tenía otro significado bien distinto.

Antes era justo lo contrario. Se resaltaban las diferencias, siempre que se podía. Unos personas pensaban que A era malo y otros que B era malo y con ello construían su identidad, una identidad única basada en pequeñas diferencias, en rechazar a muchos pequeños grupos. Pero no caían en Soledad. La Soledad con la que nos amenazan ahora, no existía. Se rechazaban, sí, pero se atraían, con más intensidad que ahora si cabe. Existían comunidades, puede que no fueran eternas, pero eran tan reales como las nuestras sólo que más flexibles. Salías de una comunidad y entrabas en otra e incluso podías formar parte de varias a la vez.

Existía un organismo llamado Publicidad que inventaba diferencias en cosas iguales. De esa manera las aguas eran distintas, las ropas eran distintas, todo era distinto y cada cual podía obtener su identidad en cada rechazo, en cada repulsa. Incluso se inventaban formas de ser, de hablar, de vestir, de divertirse. Era un continuo movimiento de rechazo, pero sin olvidar el pasado de manera sistemática, sino de manera natural y dinámica. Despreciar, que no olvidar, era lícito e incluso deseable y no por eso se mataban unos a otros o eran desgraciados. La vida era excitante y el sentido de la culpabilidad que ahora nos presentan como el origen biológico del bien, era un mal a eliminar, como una diarrea.

Respecto a la pregunta que me hiciste. Dile a tu amigo que los antiguos europeos dirían que tiene “Glamour”, que tiene algo que ver con otra palabra interesante: “Poder”. Otro día te explico en qué consisten, pero por ahora te diré que estoy de acuerdo contigo, le tienen envidia. >>>>>>


Sé que no te ayudo demasiado en tu búsqueda de la identidad, pero de momento quédate con la imagen de esta letra que Carl me ha conseguido bastante ilegalmente. Estaba impresa sobre papel en un ejemplar grapado del siglo XXI de ese organismo llamado “Publicidad”. Es muy bonita, algo extraña pero curiosa, era el símbolo de una diosa griega de la época del maldito Sócrates más o menos. Para nosotros significará “Glamour”, ¿Qué te parece?

Te la puedes tatuar, bordar en la ropa o lo que quieras. Yo haré lo mismo, de esta manera, por mucho que te exilien de tu pueblo, sabrás que yo llevo la misma letra que tú y que eres el único de Maputo que tiene “Glamour”. Yo seré la única con “Glamour” de New York. De momento, somos los únicos con “Glamour” en todo el mundo. Como nadie la conoce, si la ven, no sabrán que pertenece al pasado.

Me preguntaste porqué me interesaba tanto lo de este venerable anciano. No lo sé. Supongo que a mí también me han encontrado sombras y en vez de tratar de iluminarlas quiero apagar todas las luces. Y exiliarme del todo. No, del todo, no, de ti no.

Espero que no te parezca repulsiva porque quiero follarte vivo.