¡Salta! ¡Salta vida mía!
Aprieta mi mano, lanza un grito
Y arrójate conmigo al viento de la noche,
Yo quiero levantarme como una sombra montés
Sobre la noche ronca en que me evades.

Soy entre todos la montaña
Solo divisada desde tu montaña
Porque debo mostrarme en toda mi inmensidad
Para ser digno de ti
Azulejo en llamas.

Titubear es la Muerte
Nada es igual ni permanece en (Bis)
Y toda cosa no se trata igual en todo lugar,
Sopesar la felicidad significa ahuyentarla
Negarla antes de gestarse.

Yo quiero arriesgarme y equivocarme si es preciso
Prefiero ladrarle a las sombras
Que vestirme de miedo y rechazarte
Cómo no hacerlo
si tu eres mi necesidad desde el pie
hasta el alma.

No es un acto de templada decisión
Me eres y te reflejo
en cada sonrisa de hambre
en silencio impúdico de los hospitales
en las escuelas desechables
en todos los lugares donde no ha llegado nuestro credo.

Porque contigo puedo amar y gritar libertades
y tener sueños inalcanzables
luchar y bregar y descuartizar mi seguridad
amándote como se aman los valientes:
llenos de miedo; pero aún amándose.

¡Llegó la hora! Viene por nosotros
dame un beso y salgamos corriendo
de todos modos los dóciles
y los que piensan solo en sí mismos también sufren
y los que piensan solo en los demás también sufren

y nosotros que estamos pensando en nosotros
también sufriremos...
¡Pero Satisfechos!