TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / groikoliev / Si te Libero te Quedas

[C:68478]

El día había nacido muerto
Un aborto de aurora,
Los pájaros caían como pedradas
Y el fresco olor de las ceibas
Se confundía con el aroma de una pisada esclava.

Exhortaba a respirar
un pulmón al otro,
El camino se dibujaba esquizofrénicamente
en su silencio de lombriz enferma,
Los rostros y los alientos
exhalaban un vaho de inconclusiones,
Las manos estaban para llevarse colgadas
Y los pies para arrastrarse
en pos del abismo, del salto sin caída.

Mirar parecía una mala costumbre
Y tanto deber ahogaba el sueño,
Se veía como una tentación rehusada
el no quedarse gélido y sin pupila
en el lecho mortuorio que se había abandonado
para ir sin búsqueda a descubrir tristezas;
No tenía sentido pertenecer a nada...
Los dientes del tedio masticaban sin hambre
un corazón que latía desganado
sufriendo el hecho de estar vivo
para complacer obstinadamente
a la Voluntad.

La mañana espesa dio paso a una tarde lentísima
Las voces se quebraban en las puertas
Y la inteligencia se columpiaba
entre la necedad y la intriga,
El odio humano campeaba en los pechos
cargándose de víctimas y desconocimientos,
Algunos perros famélicos surcaban la plaza
de una esquina a otra como buscando la muerte,
Diríase que la gente en las calles
eran bachacos en huelga de hambre
susurrándose reproches en las antenas,
Los niños miraban sin destino y sin juego
Y el aire se pegaba a uno desaforadamente
traspasando de infortunios el pellejo,
se estaba solo y roído
cíclicamente cansado.

La tarde vieja ya cojeaba negra
Y te vi, y yo andaba cercado de cansancio
Sonreías como nunca en el centro del lodo
Pero sólo podía ver tus dientes
como huesecillos que nacen de la mandíbula,
El brillo de tus ojos era para mí un fluido
Orgánico hasta lo funcional, lo carnívoro,
Y ese lindo cuerpecito eran lomas y contorciones
de huecos y vapores,
Te hacía ya parte del rechazo
Miembro de la desidia que se me tiene,
Otra bolsita de suero parlanchina...
Aunque hoy eras tu quien me alentaba
Y con todo tu dolor de sangre corajuda
cargabas con mi conversación y mis huestes,
Sorpresivamente rompí mi melancolía en tu mesa;
Te di una libertad que no anhelabas
Pensé que debía salvarte de mi penumbra oceánica
Porque te quería ver libre de ésta tristeza.

Entonces te acercaste contrariando el pronóstico
Explotaste como un mancha blanca
en un lienzo negro,
Tu aliento llenó de rocío mis pulmones,
La lágrima saltó del párpado como una princesa fugada
y al recogerla, los dedos, revitalizó las manos.

La noche empezó a reírse de mi
Silbaban todos los “sí” en tus labios
La gente corría con un objetivo flechado
Y todo tenía sentido...
Entonces revisé que hace falta otra vida
para ensartar una alegría con la otra
porque los pájaros dormían frescos en la rama oscura
esperando juntos la aurora alimenticia y regalona
que les invita a desplegar su fe de plumas.

Eras tu quien me invitaba a recombinar los sueños
Y las razas se hacían serpentinas lucecitas
No había rayo de luz que no rebotase
en algo hermoso y luego te traspasara,
La paciencia había ganado su juego de amor
Y el fruto era dulce y limpio
La semilla habría de enterrarse
en la tierra locamente besada,
Mi soledad de lobo se hacía pedazos
Y un beso de Madre me daba la luna
mientras el pecho se ensanchaba de música morena
cargada de un palabrero hilarante.

Creí ver a un niño estallar en sonrisas
Y susurros de pasión bailaban en los umbrales,
Tu voz retumbaba en mi oído alucinado
como un violín recitando en una catarata,

Llenándose de propuestas estaba el destino,
Todo ese sentimiento que había albergado
renació en un parto glorioso y subjetivo,
El ojo estaba para dar placer al alma
Y mis manos para colgarte gestos de querer
en los cabellos,
Amándose andaban nuestros miedos
El horizonte se hizo accesible
Todo flotaba ingrávido y eufórico
porque se habría el portón del sentimiento,
La hora era suave, el minuto engañable
Y el segundo; un tambor de besos.

Era una torta de pan la tierra
El olvido pasó a ser una herramienta contra el duelo
Podía arrancarle las cintas a las sombras
y hacerte un ramillete de preguntas,
Yo solo quería que alguien me entendiese
y le diese de comer a mi soledad
Que abrazara mi tristeza y sonriera
Que despidiera este dolor peregrino
con una palmada amiga, matriarcal,
tanta sed de ti he resistido
y por fin tu cántaro me brinda un trago
donde ahogo todo el dolor de no tenerte,
En sí la muerte, se ve fea, por sola
A tu lado me aseguro de una dulzura pluralista
Una fuerza de tropa, un verdor selvático,
Ahora que sé que te he liberado
y te has quedado conmigo bala a bala
puedo abrazarte y dejar que gire el mundo
para atender contigo a las estrellas.

Texto agregado el 17-11-2004, y leído por 100 visitantes. (0 votos)


Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]