He intentado escribir más de tres columnas entorno a la APEC, quería decir un montón de cosas en relación a mi desagrado por esta reunión. Pero todas mis ideas tienden a ser igual y comunes a todas las opiniones que se podrán escuchar estos días en Chile o en Latinoamérica. Soy de las que piensa que hay un grupito mínimo de personas que se enriquecen día a día con la pobreza del resto. Pero eso no es novedad. Creo que mi punto de vista bien no puede importarle a nadie. El tiempo de las grandes utopías y de los sueños de igualdad parece que cada vez se incrustan con mayor fuerza en los libros empolvados de la historia.

La APEC me apesta y me descoloca, pero a usted que le interesa ¿cierto?. Bien podría estar a favor de estas reuniones y de los grandes grupos macroeconómicos, al fin de cuentas, esto se trata simplemente de vivir. A mi me interesa y me mueve, estoy metida en un ambiente que siempre me está haciendo cuestionar todas mis certezas, el hambre no es menos hambre porque mi país pertenece a un grupito de naciones que se unen por un océano, la pobreza dicen que disminuye ¿dónde? Me pregunto.

Disculpe si no le puedo entregar un discurso elaborado de las razones por qué me disgustan estos eventos, por qué soy una ferviente contraria de estas ideas, pero todo lo que tengo que decir se reduce a nada cuando intento llevar las imágenes que tengo en mi cabeza; el analfabetismo con el que choco a diario, las chozas de 3x3 en la que viven ocho personas, los trabajos de quince horas diarias para ganar una miseria, etc, etc. Y claro, bien podrían cuestionar qué tiene que ver una cosa con otra, pero siento que donde hay riqueza y poder, hay pobreza y mucha sumisión, donde hay muchos pobres pobres, hay muy pocos ricos ricos, porque el mundo me parece un complemento que se balancea y a veces es tan lamentable esta balanza.

Y aunque salgan a defender los pro neoliberalistas y pro libremercadistas las reuniones como estas, no puedo no levantar mi mano y decir que siento que estas reuniones no hacen otra cosa que empobrecer las naciones menos desarrolladas aprovechándose de su monoproducción cuasi artesanal y de materias primas, explotando y sobre explotando una vegetación rica pero finita, arrasando con cuanto árbol, mineral y derecho laboral se pare en frente.

Se me viene a la mente la canción de Los Prisioneros en la que dicen en su sarcástico tono que “Latinoamérica es un pueblo al sur de estado unidos” y efectivamente esa es la visión que tienen, pero insisten en hacer ver que somos iguales, que somos pequeños prospectos de países primer mundistas, cuando con suerte saben nuestro nombre y el nombre de nuestros presidentes.

No me gusta bush, no me gusta la APEC, podría darle las mismas razones que da mucha gente, darle argumentos que bien podría debatir, pero me cuesta expresarlo en el papel, quizás sea que el tema me supera, que no logro dejar de ser la niñita resentida que ve en estos eventos la oportunidad para descargar la rabia por las injusticias con las que se topa a diario y con las que lamentablemente no puede solucionar.

(un texto que me parece interesante de rescatar y que invita a la reflexión de TELPEROS / Ocaso en Rushmore - [C:65352] )