Un paso más ........continué con mi hábito incansable de caminar acompañando al detestable ritmo del reloj que agobiaba mi mente , recordándome acompasadamente que el tiempo pasaba y se aproximaba el sueño que limitaba aún más los segundos restantes ajenos a la lejana rutina.
Caminaba bajo un cielo otoñal, sobre el crujiente manto de hojas secas que se desparramaban por el lugar, sosteniendo mi paso. Intentaba asombrarme con algo distinto , mantenía los ojos atentos y abiertos ante todo, buscando atrapar con conmoción, alguna figura que envolviera mi mente de pensamientos que llenaran con un objetivo mi constante andanza, que lentamente comenzaba a dormirse.
Pensaba obsesivamente en la enorme fragilidad que adopta el cuerpo bajo una emoción brusca. En mi mente se paseaban numerosos recuerdos y visiones que lo afirmaban. Recuerdo a una señora con su bastón caminando tranquila y concentradamente para no tropezar, ya que tenía en su poder solo cuatro sentidos , carecía del sentido de la vista. Me concentraba mucho en su forma de ver sin sus ojos . Mientras la mujer caminaba , un hombre de improviso se acercó conmovido para ayudarla , le tomó el brazo, la reacción que se apoderó de ella por el impacto del tacto la hizo desprenderse de un salto, como si su cuerpo despertara agitado de una pesadilla. Al percatarse de que nada malo sucedía , se disculpó, aún así no olvido la imagen de sus piernas aún temblando al caminar, como si el cuerpo quisiera evidenciar los vestigios de su temor .
Mi eterna pregunta me agotaba, se agotaba . Veía la respuesta en actos ajenos pero nunca sentí alguna emoción mayor que por impacto se apoderara del cuerpo , de mí cuerpo.
Mis pasos quebraban el recuerdo que abandonaban los árboles . Dirigí mi rumbo hacia los antiguos barrios del centro, que por su belleza atraían a grandes masas de gente que creían revivir huellas pasadas en donde el amor parecía extraviarse en historias novelescas que guardaba el lugar , liberando mágicamente un aire que cambiaba el espíritu de los seres que recorrían aturdidos de amor los bordes de la plaza, más que de amor creían ser protagonistas de los más hermosos cuentos que alguna vez se cerraron para dar ahí.
En el café que se ubicaba en una de las esquinas se encontraban los más elegantes caballeros que aún utilizaban plumas para tatuar de vida papeles vacíos y vírgenes de tinta: los escritores , poetas que rodeaban su inmensa soledad de bellas imágenes extranjeras , y mujeres apasionadas que viven solo a través de letras que decoran hermosos relatos.
Me senté a observar como la magia se apoderaba de palabras , besos y letras . Me preguntaba a cuál de todos los personajes me asimilaba yo, tal vez al hombre enamorado o al escritor solitario y elegante ,definitivamente soy simplemente el que busca que esa magia se apodere de mis sentidos .
Sentado observé los movimientos de las mujeres que querían seducir hasta el último rincón queriendo ser parte de la belleza que se admiraba constantemente.
La noche caía sobre mi, sobre la plaza y los faroles comenzaban a encenderse para iluminarla moderadamente y al parecer, también mi alma...Bajo un manto de luz aparecía una hermosa silueta con aire a ese resplandor europeo que transforma a las mujeres en la elegancia del romanticismo de las novelas. Caminaba con la boca pintada , su pelo oscuro, caminaba irradiando hermosura pero en su rostro se dibujaban decepciones o tal vez la desmotivación con que seduce la soledad nocturna. Fue ahí cuando le di un objetivo a mis pasos que creía infinitos .Fue en ese momento cuando lo absoluto de la magia se apoderó de mis entrañas haciéndolas quejarse de dolor o de amor .
Ella fue a reposar su cuerpo a un costado de la pileta central de la plaza , tan sólo a algunos metros de donde yo estaba.
Su mirada se encontraba sumergida tras el reflejo cristalino del agua , sentía que mi estómago quería gritar y desenvolver ante ella invisibles cascadas de hermosas palabras , estaba atónito frente a su silueta , navegaba en mi mente buscando cómo acostumbrarme a la dulzura , creí que mi mayor hábito era el de no acostumbrarme a la participación o protagonismo en las historias , pues ahora está todo fuera de costumbres . Ella se siente observada por mis ojos y no hay nada que me niegue que espera algo de eso, espera su protagonismo en mi historia, en mi antes acorralada imaginación. Su placer creo que está en ese segundo, en el minuto en que cualquier desconocido piense en ella, supongo que desea ser el objetivo de pasos como los míos .
Levantando el sombrero negro que cubría mi cabeza , llené de valor mis entrañas avergonzadas de amor y caminé hacia ella esperando que mi mente fabricara alguna excusa que ocultara la intriga por conocerla. Encendí el cigarrillo que consumiría algo de mi ignorancia frente a esas extrañas sensaciones. La observé sin disimulo , me encontraba a tan sólo tres pasos de ella , eso me tranquilizaba , me daba tiempo para escapar como quise hacerlo dando la vuelta para esconder la vergüenza , sentí como una frágil mano se apoyaba en mi hombro , y no era la mía , era la de ella . Me preguntó si acaso la podía acompañar unos minutos , ella se rodeaba de un silencio sepulcral e intrigante . Quitó el cigarrillo de mi mano para acomodarlo en sus finos labios rojos , fue sólo silencio lo que rodeaba a estos cuerpos sin habla. Intenté desligarme del miedo creyendo que me desdoblaba y miraba tranquilamente desde algún árbol , fue ahí cuando escuché la música de un piano que apaciguaba la situación , en que tan sólo el humo nos relacionaba , la melodía del piano se hacía más fuerte y más pura y quise refregar esa armonía en su alma y la mía , cerré los ojos para escuchar que esas melodías tenían vida cuando se unían a los constantes suspiros de esta mujer que acorralaba sus palabras hundiéndolas en lo más hondo de su mirada que esquivaba mis ojos con miedo .
María!!!!!!!
Que imagen más bella y que situación más ridícula , me sentí como uno de esos escritores del café que observé en aquella esquina. Me sentí avergonzado de tanta imaginación , escribí en mi mente una situación hipnotizante , aún la sigo observando pero su figura me intimida como si ella hubiera notado todo lo que paso por mi cabeza mientras me mantuve distante. Imaginé hasta su voz pidiéndome compañía y la melodía de un piano que adornaba de dulzura la inocencia del silencio.
Corrientes de nostalgia y dolor me arrastraban por su pelo , a la distancia su sombra me danza los futuros recuerdos de un pasado onírico y de mi igual presente . Acaricié su rostro de dudas con mi gran intención que finge la muerte. Mi cuerpo me rechaza y no logro homogeneizar la mezcla aborrecible de mi alma entre el pesado sentir de la carne , el alma se ramificaba en la sangre , y la sangre soñaba de amor, pero inmovilizaba mi cuerpo de imaginación. Siento como mi sangre se hace parte del aire que ella guarda en sus pulmones.
María!!!!!
El dolor me arde , las imágenes se esfuman frente a sus ojos.....
María!!!!!!!!!!!!
Mi madre suelta el lápiz de mi mano que traduce la inspiración que me produjo ese hombre, ella no deja de gritarme para que regrese al auto : María!!! María!!!!!
Nuevamente se duerme mi inspiración . Sentada en la pileta central de esta plaza inundada de magia , rodeada de parejas hipnotizadas e insertadas en historietas temporales, rodeada de personajes solitarios que buscan darle sentido a un papel , rodeada de este aire adictivo y doloroso, doloroso por recordarme que sólo puedo crear el amor en mi mente, dejando sólo la evidencia en la voz de los eternos testigos mudos que reparten hojas secas bajo miles de pasos, espero que el hombre de sombrero negro, aquel creado por mi infinita imaginación, realmente aparezca y que no vuelva a dormirse o a morir por los quiebres de concentración que se producen en mi exterior , separando la realidad de mi vida ficticia , que es la que más me agrada. Gritos de madre que me recuerdan mi nombre , me despiertan , y separan mi mano del lápiz que hizo que uno de los tantos personajes que invento cobrara vida, un hombre que también creyó que la magia es parte de la vida hasta que un estridente grito lo esfumó , lo aniquiló , dejándolo en un sueño tal vez eterno y profundo por el dolor de su muerte. Sin su permiso lo creé y sin mi permiso un grito lo esfumó, dejándolo en el viento, sumergido entre árboles , sepultado como una historia más que guarda este lugar.
|