Anoche vino una estrella a mi ventana
Que me invito a volar a constelaciones lejanas,
Me atrajo con su luz como imán irresistible.
Nuevas nebulosas y soles que nunca se esconden
Hicieron presente mi naturaleza eterna.
Atravesamos el espacio-tiempo en espiral
Para proyectarnos en mundo de ángeles y serafines,
Voces y melodías hablaban a mi corazón regocijado
Entronizando con la pequeña luz recién nacida.
Mi pecho se expandió al universo todo y puro
Para volver a ser una semilla en el útero materno.
La madre tierra ya expandía
Sus brazos como árboles ancestrales,
Alcanzando rayos solares y cobijando
A su millar de pequeñas luces
Despertadas al mundo por la llama
Que nunca se apaga.
Texto agregado el 16-11-2004, y leído por 137
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
17-03-2007
Bonitos versos con figuras literarias sencillas pero no exentas de belleza. doctora
16-11-2004
Que mala suerte. La estrella que llego a tu ventana podia haber sido un asteroide. Vaya toston lachatunga
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