Este es un S.O.S desesperado antes de verme en la terrible disyuntiva de tener que decidir qué es lo que puedo vender para conseguir dinero extra.
Partiendo de la base de que no poseo obras de valor ni ninguna antigualla que haya pasado de generación en generación, me debato entre vender un riñón- yo creo que con uno puedo vivir bastante bien- o ir haciendo donaciones extras de sangre cada semana. ¿Con cuanta sangre puede sobrevivir un ser humano?
Y es que la "cosita" esta muy mal...
¿Sabéis?
Yo antes admiraba a figuras de renombre mundial- imagino que como casi todos- que habían hecho algo por la humanidad pero desde que vivo sola, mi admiración se ha decantado por personas más sencillas y cercanas.
Me refiero a las personas que consiguen ahorrar.
Y en justa consideración no tengo menos que admirar a mis padres que han conseguido sacar adelante una familia de cinco hijos, dos coches, una suegra, algún que otro perro ocasional y encima han conseguido ahorrar para construirse la casa de sus sueños.
¿Como lo habrán hecho? Si yo no soy capaz de pagar alquiler, coche, comida, gasolina, luz, agua, teléfono, gastos sorpresa...sin tener que pedir ayuda...

Debe haber alguna fórmula... A ver... Yo creo que si aíslo el factor irreverente y lo expongo al cubo dividido por el subtotal (entre paréntesis que siempre queda más chuli) y aíslo el factor común al mismo tiempo que busco el denominador de la raíz cuadrada y ya puestos lo convierto en una ecuación de dos incógnitas me saldrá por la regla de tres...
¡Jo!..No debe ser tan difícil!

Y eso que yo pertenezco a la privilegiada categoría que tiene un trabajo donde cobra el salario mínimo a cambio del máximo esfuerzo por un plazo que depende del humor del empresario...
Casi me parece estar oyendo a mi padre...¡¡¡Si hubieses estudiado como yo te dije!!!
Sí, papi, sí...Por eso hay abogados con la carrera acabada, trabajando en una caseta de información de pisos y haciendo oposiciones eternas (caso real como la vida misma)
Yo es que ya no sé qué hacer para sobrevivir... Me había planteado irme a vivir a una cueva en plan ermitaño y olvidarme de este mundo materialista pero reconozco que me he aburguesado y que no sería capaz de vivir en un lugar donde no hubiese un enchufe para el microondas.
¡Por no hablar del frío y de la humedad del susodicho lugar!
No, creo que tendré que buscar otro medio de rebelarme.
Y eso que el otro día, en un gesto de lucidez sin precedentes, me dirigí a un banco siguiendo esta lógica aplastante.
A saber...Los bancos tienen dinero, ¿no? y se lo prestan a la gente que no tiene...ergo...si yo no tengo dinero...voy al banco y me lo darán.
¡Qué inocente puede llegar a ser la gente pobre!
Porque resulta que la cosa no va así.
Primero, necesitas un cartoncito- también llamado cartilla- que puede ser de diferentes colores según el banco y que te acredita como miembro de ese club.
Segundo, el susodicho cartoncito viene relleno de hojitas en las que a ser posible deben figurar cifras altas.
Aquí, a mí ya se me rompieron los esquemas, porque...si yo tuviese dinero... ¿Para qué iba a ir a pedir al banco??
Pero bueno, haciendo un dispendio sin precedentes abro una cartilla con cinco euros y acto seguido le digo al director:
- Bueno, pues ahora ya me la puede llenar...
Segundo error y más rotura de mis esquemas...
¡¡Resulta que la cartilla la tienes que llenar con TU dinero!!
¡Pues vaya mierda de banco!
Pero bueno, por lo visto, pillé al director en uno de sus días buenos y me dice:
- Lo que podemos hacer es adelantarle una cantidad a cuenta de su nómina si esta es fija...
Yo creo que por respuesta le valió la cara de asombro que puse.
Pero... ¿Es que existen personas con nómina fija??
Llegados a este punto, el director muy oportunamente, recuerda una cita que tiene pendiente y me invita a abandonar su despacho y de paso su banco, a la espera -imagino- que su próximo cliente sea más solvente que yo.
Ya en la puerta, tengo una idea genial y le pido que me haga una tarjeta para poder realizar las operaciones más sencillas a través del cajero.
El director me mira como si supiera que la única operación que yo voy a realizar por el cajero va a ser la de estrujar la tarjeta hasta el último euro, pero accede.
Me siento importante cuando me pide la contraseña para que nadie más que yo pueda realizar operaciones con esa tarjeta.
Dudo un momento para hacerme la importante. ¿Cual pongo? ¿La fecha de mi primer amor? No, que se fastidie, ya me costó bastante olvidarlo... ¿El día de mi cumpleaños? Demasiado obvio. ¿Mi año de nacimiento menos la mitad de lo que ya he vivido, dividido por dos? No sé si seré capaz de acordarme...
Al final, decido poner un número capicúa por aquello de que traen suerte confiando en que atraiga buenas cifras a mi cartilla.
Bueno...de ilusiones también se vive...
En fin, que no he conseguido dinero pero soy la feliz propietaria de una nueva cartilla de ahorro- en mi caso, de no-ahorro- y de una tarjetita que me permite sacar un dinero que no tengo.
Y es que se puede ser pobre, pero con clase.

PD: Mi número de cuenta de no-ahorro es: 0000 22126933 037 12345. Se admiten cheques y todo tipo de divisa.