Mientras caminaba pensando en el TLC, los medias rojas de Boston y cual era la verdadera importancia de la primera ley de la termodinámica metalúrgica; Alguien interceptó mis pensamientos, era un rostro que había visto ya muchas veces atrás y que es de aquellos que te hacen pensar ¡maldita sea; En mi vida pasada debí haber sido una combinación entre Caligula y Adolfo Hitler, que malo he hecho para recibir esta condena!
Ella se acerca y empieza con esa mirada tres cuartos, con expresión de ternero degollado, tratando de mostrarte con meloseria que te ha extrañado y que no descartaría ir a la cama contigo porque esa noche, aparte de acalorada y desearte para que sacudan el polvo de la cama en una danza estratégica, esta deprimida. Empiezas a conversar con ella, quizá discuten un par de temas por un par de horas bebiendo un par de cervezas y fumando un par de cigarros y ella (ni siquiera tu lo habías pensado de esa manera un todo el momento) llega a la conclusión que no debemos tener odios en nuestros corazones ya que eso nos hace infelices, ni siquiera porque da cáncer sino porque nos hace infelices. ¡Vaya discernimiento!
Miren, uno no debería creer en todo lo que le dice la gente, pero si es bueno atender al adagio que dice que discutir con una mujer es algo:
Ø Cíclico: cuando pensas que la estas llevando a la luz que esta al final del túnel, te das cuenta que tal luz no era mas que una ilusión óptica ya que ella da un giro y tu sigues de nuevo en la penumbra.
Ø Estresante: el hombre siempre por caballerosidad le cede la razón a la mujer y no discute frente a lo que ellas creen su argumento mas fuerte(las mujeres siempre tenemos la razón) y, a pesar de que tu le estas dando la razón, ella sigue discutiendo.
Ø Auditivamente Perjudicial: las mujeres discuten como una canción de trance; casi siempre con un ritmo golpeadito que sentís en el occipital derecho como un ¡chispum, chispum, chispum!; Esta siempre por encima de los decibeles permitidos, inclusive para carros, cosa que cuando tu terminas de hablar con ella los oídos te quedan pitando como una olla a presión; Además el ritmo de la conversación solo cambia de vez en cuando a uno peor.
Ø Netamente Utópico: ella termina siempre yéndose mientras dice que eres un desconsiderado, un patán y que al fin y al cabo tenias que ser hombre, Tu te quedas hablando solo y la conversación finaliza(los hombres sufrimos mucho).
La idea de todas formas no te la tragas, te queda faltando aun mucha neurona para entender como ella trata de venderte una idea tan definitivamente hueca y falta de argumentos fuertes; ¿Qué no debemos tener odios en nuestros corazones porque eso nos hace infelices?; ¿Entonces que le da sentido a nuestra vida?,¿Acaso un montón de felicidad lo es todo?; es decir, que debemos cambiar todo ese manojo de tristezas y golpes y decepciones y debilidades que nos han hecho evolucionar, cambiar, transmutar y ser mejores, por millones de sonrisas para poder vivir contentos y no ser infelices.
Entonces la teoría de la dualidad no tendría sentido; como un día sin noche, como luz sin oscuridad, como felicidad sin tristeza, como vida sin muerte, ¿Como vida sin odio?
Como alguna vez nos diría nuestro maestro Estanislao Zuleta no somos mas pobres de mente que cuando pretendemos imaginarnos nuestra felicidad.
|