Abro los ojos y veo todo dentro de un tubo, pregunto si ya pasó. Sí, ya pasó.
No quiero dormirme, tengo que estar atenta, Perlita está maullando, no puede bajar del árbol, necesito la escalera, en cuanto recupere un poco las fuerzas.
La vena de mi brazo es traspasada por una aguja atada al suero, el otro brazo no me pertenece, el vendaje que sujeta el centro del cuerpo llega hasta la garganta.
No me dejes mamá que sos todo lo que tengo en la vida, con una voz desconocida le contesto que no hable pavadas, que no pienso dejarlo; de pronto siento un frío de hielo.
Luego de tanta lluvia las plantas están resplandecientes, ha florecido el duraznero, el viento desprenderá los pétalos y las pequeñas alitas amarillorosadas se dispersarán por todo el campo
Por debajo de las vendas salen dos gomas que se unen a la principal y termina en un recipiente de plástico donde va cayendo un líquido rojo negruzco que sale de mi interior.
Mamá no llega, si le pasó algo, si no vuelve, me quedo en el suelo quietita al lado de la puerta para escuchar el ascensor.
Al pie de la cama un médico pregunta cómo estoy, abro la boca pero no escucho mi respuesta, anota algo en su planilla y se va.
Se pinta los labios frente al espejo, le digo que quiero hacer pis, mamá quiero hacer pis, mamá, un líquido tibio y un charco en mis zapatos, mamá.
Ha entrado y me dice que no se acerca porque le impresionan todos esos aparatos, que nunca estuvo enferma y no sabe qué es un suero ni una sonda y tiene miedo de tocar algo que pueda desconectar y eso le produce mucha impresión, mejor se va a tomar un cafecito con la prima.
Hoy tomo la primera comunión, el vestido no me gusta, pero no se lo dije a nadie. Anoche papá y mamá discutieron, siempre que discuten me duele aquí y todo se oscurece
Nuevamente esa presencia que soluciona todas mis dificultades, acerca a mi boca un poco de jugo, se quedará toda la noche, que nadie, que solo él, que así lo quiere y no hay forma de hacerlo cambiar de opinión, mi madre respira aliviada y se va porque le duele la cabeza y no trajo el calmante.
Los perros ladran como locos, es el camión del panadero, ya salgo, no me apuren, no recuerdo donde están las monedas, no puedo con todo, además los gatitos recién nacidos y esa mancha oscura en el cielo.
Las visitas se comportan demasiado alegres y despreocupadas, me dicen que tengo buen semblante, luego comentan la probabilidad de que llueva hacia la noche
Fernando se retrasó por una reunión de negocios, se acerca demasiado, me acaricia el pelo, trae el olor de la calle del cigarrillo, le pido que se aleje porque me falta el aire, se sienta en un rincón y se pone a leer el diario.
Ahora está esperando delante del altar mientras entro a la iglesia, sonríe, somos felices para siempre, para toda la vida.
Si al menos pudiera recordar alguna melodía, para saber que transcurre el tiempo, pero no puedo hilvanar ningún pensamiento, todo se escapa de mi mente.
Otra vez la sensación de desamparo con mi bebé en los brazos, cuando me doy cuenta de que mis pechos ya no tienen leche.
Mis padres ya no discuten, ahora no importa, necesito un descanso, solo un instante nada más.