Caminando y buscando un motivo, los motivos para vivir, como si de eso se tratara. Encerrado en una ciudad. La ciudad que se cae a pedazos, y debe estar cayéndose dentro de sus ríos porque están sucios, no puede haber mucha vida en ellos; sí en las ruinas, muros que antes fueron edificios y que ahora además de sus propias piedras, guardan la basura de todo el barrio. Ratas que se pasean sin preocuparse por la presencia de los hombres, que lo hacen a su vez sin preocuparse por la de las ratas. Cucarachas que vuelan de una pared a otra. Algún perro flaco y sarnoso escarbando entre bolsas de nylon con desecho de comidas. Para darle el toque final al ecosistema: algunos gusanos concentrados en alguna carne putrefacta.
Por suerte sale del barrio "marginal", y bien cabe la palabra porque estaba paseando por las márgenes del río Yumurí, que ya desemboca en la bahía y ahora el olor a rancio de la ciudad cambia a uno fresco mezclado con un poco de petróleo, de mar, y entonces puedes respirar, si éste no es un motivo para vivir al menos lo es para no morir.
Qué asco! Unas elecciones con propagandas que se basan en decir lo que el otro no ha hecho, o a cuántas reuniones no asistió. Ni un discurso sobre plataformas políticas, proyecciones, estrategias, planes sociales... será que ya se trate de políticos o gente de pueblo toda la sociedad se rige por las mismas normas? Nadie que se dé cuenta de lo absurdo de las cosas? Tan bélicos, la guerra que se me hace tan estúpida, más allá de que "se mueran mujeres y niños"..., gente matándose sin ni siquiera saber bien por qué, cuando podrían estar tomándose un helado o haciendo el amor, leyéndose un libro. Al final todo da más o menos lo mismo, es un problema de fronteras. De fronteras, no de líneas ridículas que dividen países, como si la tierra fuera a cambiar en cinco centímetros, el idioma, los dioses.
De cualquier manera son estos los mismos ríos, los que evocan los poetas, y es linda después de todo, una ciudad triste pero linda. Generalmente las cosas tristes son lindas, y atractivas, más bien mágicas, cosas que te mueven. La magia, la magia sí que escacea en nuestras vidas, ese sería un motivo, pero acabarías deprimiéndote porque es muy difícil de encontrar, y es más triste perder los motivos que no tenerlos. La magia, pues ya me deprimo y me voy a acostar a dormir, con alguien, cálido pero no mágico... qué le vamos a hacer?
Así que si tus límites están muy lejos, te costará la felicidad, si te buscas unos un poquito cerca supuestamente será más fácil, pero entonces la suerte. Ahí viene alguien y te dice que la suerte no existe, como si no fuera un problema de definiciones, la suerte, que no existe?, shhh, puras habladurías. Yo me daré un baño en cuanto llegue, en la bañadera bien llena y bien calientica (que suerte que hay agua caliente y bañadera!, jajaja), a esto le llamo terapia de baño; te metes ahí dentro del agua una hora, oyendo una musiquilla fresca y con buena letra y sales como nueva. Ya llego.
Dentro del agua pero no logro eso de dejar la "mente en blanco", raro cuando uno conoce los colores y sabe que son maravillosos. Lo mismo de los límites, que la ignorancia sí que ayuda a la felicidad, si no supiéramos lo que nos perdemos pues no nos perderíamos nada. Lo realmente triste es cuando sabemos que sí, que está todo por ahí, dando vueltas por algún lugar: el amor revoloteando lo mismo entre árboles que entre edificios, la magia que se pierde dentro de un sombrero lleno de conejos que ya no se convierten en pañuelos, la poesía encima de un papel que ya no deja que la descubramos cuando pasamos el lápiz.
El agua se está saliendo, mi invento de tapón parece que no funciona, o le di una patada sin querer, igual ya se acabó el disco. Salgo.
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{
De nuevo me despierto y de nuevo tengo a mi lado a alguien que duerme y que quiero, y no puedo ni quiero evitar abrazarla y verla tan blanca, tan linda con un poco de sus senos saliendo por su camisón, tan suave. Sin dudas, esto es el amor (como oí decir alguna vez: "lo que queda después que se acaba la pasión"), pero no es la magia, no crecen margaritas en mi cama y el amor sin magia no creo que sea el motivo que ando buscando
La besa y se levanta, a repetir su día. Igual a tantos que ya le aburre. Su vida igual a tantas que ya le aburre.
Otro día que ya le pesa y todavía no ha comenzado, en ocho horas seguro que no podrá con él., pero tendrá que seguir porque hay que vivir si una no tiene motivos para morir. Entonces al trabajo.
El carro que se queda parado en el medio de la calle, los demás esperando y el tipo impaciente que grita y toca el claxon y no se da cuenta de que eso no mejorará la situación, pero es absurdo explicarle, así que me concentro en que mi carro vuelva a arrancar y me olvido de todo el entorno: de los carros que esperan, de los hombres que gritan, del tiempo que pasa y llegaré tarde. El carro se arregla y el día retoma su curso: 93.1 y tráfico.
Un poco de teatro, otro poco de música, revisar el correo electrónico que además de pensar, se ha convertido en lo más espiritual de su vida (con tanta gente real andando en la calle, unas palabras tecleadas a 90 millas de distancia lo más espiritual de su vida, no caben dudas de que su vida tiene que estar jodida), de vez en cuando también ayuda a resolver algo, así que después de todo hay que dedicarle un tiempo. Nada, no escribió nada, le escribo yo. Le cuento lo que pienso como contándomelo a mí mismo y en verdad la extraño, al menos la posibilidad.
Se acaba mi día, algo de comer por supuesto. Amigos.
No he parado hoy, pero hago unos cinco minutos antes de irme para revisar el correo. Ahí estás, te leo. Te extraño, eres toda mi fantasía. Te respondo y me voy a la casa. Voy pensándote todo el camino y me escapo un poco de la realidad (nunca tanto como en esos meses que no recuerdo bien si viví o soñé que te encontraba); me llevo una roja, hago alguna otra trastada manejando pero llego... un día más que pasó. Yanko que me sorprende con algo nuevo que trajo para la casa. Janoi con algún trauma reciente. Comer algo, claro. Amigos. Dormir.
}
Creo que estoy afuera pero porque ahora espero, espero los motivos y te pienso. También para morir hay que tener motivos.
Me salí, me salí del ciclo, aunque en realidad no encontré motivos, me escapé creo (o no veo el que está más afuera). No los encontré, pero lo veo todo tan claro que no sé cómo no lo vi siempre así. La vida se me ha hecho tan simple que me da miedo, que me aburre. Todo transparente, nada de mentiras, nada de sorpresas negativas, definir "cosas importantes": una pareja, la pareja (imágenes), los amigos, una buena película, un buen libro, buena música, pintura...cosas que me muevan. Y me duele verlo tan simple y aún así no lograrlo. Por suerte, la esperanza.
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