matilde tiene una certeza que trasciende, tiene aún el sabor a vómito en la boca, el mismo que le sigue provocando nauseas al estar y ver lo que "pasa" y lo que "no pasa"
a ella, le quedan los ecos de voces sangrantes e imágenes martillando la sentencia dictada en la plaza central, aquella que la gente y los fantasmas anuncian corriendo por doquier, sin dejar un solo rincón del pueblo en ignorancia
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ha sido tanto el alboroto que nadie sabe ya quien es quien, que es que, cuando es cuando y menos aún como, ¿cómo pudo pasar?, la verda, todo esto se veía venir, desde que pueblo hospitalario /los dirigentes, aunque se quiera pintar de comunitario el asunto/ puso sobre la mayoría de las ventanas cuadros coloridos, mostrando que todo estaba "bien". A partir de allí, la gente suspiraba con las promesas y los cuadros representaban su "realidad".
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Los resultados muestran que se han olvidado de los discursos primeros y los acusados resultaron ser jueces,
los público actuaron de manager, los medios fueron fines,
las papeletas se convirtieron en: abarrotes, gorras, poleras, desfile de chicas al desnudo, música y bebida al aire libre, promesas y "regalos" al momento, sonrisas despilfarradas y abrazos mostaza-chicle-cebolla...(entre otros)
Mientras tanto, los subversivos (eso le dicen a los niños que buscan colores para jugar) han hurtado los cuadros de las ventanas...
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En el pueblo los "alguienes" han convocado a la lluvia, ella hará su presencia después de media noche, cuando el pueblo se haya quedado seco de gente y poniendo tono lúgubre al ambiente -por un rato- limpiará el rojo esparcido en esta plaza central, también esperan que la lluvia alcance a las demás plazas adyacentes, en las que no hubo opción a sentencia, aquellas que ahora están rojas sin aviso, sin gritos ni ecos, de imprevisto y no teniendo ninguna pena que purgar,
Lo último y más importante que esperan de la lluvia,
(cuando la plaza /o las plazas/ se haya poblado nuevamente de gente)
es que limpie la memoria DEL PUEBLO...
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matilde trae un paragua, botas largas, impermeables y una carpa grande para cobijar a quienquiera
también trae una certeza:
LA LLUVIA NO LA MOJARÁ.
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