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uno
Hacía un frío de agujas y la noche era un brochazo de témpera negra. Sobre el pecho del desdichado el luto se había instalado como si fuera para siempre. Por eso no hacía otra cosa más que ver televisión. No se asomaba a la calle ni para los temblores. Por decisión propia y desde que su mujer lo dejó plantado, nunca más salió ni siquiera al ante-jardín de la casa. Todo lo hacía por internet: la comida que necesitaba, el pago de las cuentas corrientes, y el contacto con la demás gente.
Esa noche de campanillas mientras el solitario hombre estuvo metido en la película de la tv (donde Jhon Mc Clain se parapeta en el nakatomi building), todo estuvo quieto y apasible. En la calle apenas se alcanzaba a sentir el ladrido lejano de los quiltros de la población. De vez en cuando la aserruchada del motor de una micro rezagada, venía a interrumpir el equilibrio del silencio, pero eso y nada más. Por eso nunca imaginó lo que luego acontecería. Fue cuando se calzó las chalupas y se adentró sediento por el pasillo oscuro de la casa en busca de un par de naranjas. Al principio cuando escuchó los ruidos provenir del living-room pensó en que los gatos otra vez habían encontrado la forma de meterse al interior. Sin embargo al encender el lamparaje no encontró nada. Los ruidos se volvieron a escuchar pero esta vez en la misma cocina que acababa de abandonar minutos antes. Luego los mismos se sintieron con nitidez en las habitaciones del segundo piso.
Tanta cosa inexplicable y fascinerosa terminaría por embriagarle la conciencia. De inmediato a su corazón le vino un ataque de nervios y las cañuflas le tiritaron autónomas. No sabía qué cresta era el origen de tanto alboroto, pero sin lugar a dudas pensó en lo peor. Por eso con esfuerzo se armó de valentía, agarró un fierro del cortinaje y apresurado se dirigió a la cocina donde los ruidos habían vuelto otra vez a sonar con escándalo. Caminó con sigilo por las escaleras, como queriendo sorprender de improviso al autor de tanto barullo. Cuando estuvo frente a la puerta del refrigerador fulano supo que adentro se ocultaba lo desconocido, eso porque el desparramo de cosas tras la albina puerta de donde colgaban las figuritas imantadas, era total. Decidido el susodicho no tardó un segundo más en abrirla. Un grito ensordecedor y desgarbado se dejaría sentir en el corazón de la penumbra. Nunca jamás el solitario individuo pensó que del interior del electrodoméstico de linea blanca saldría un foo-fighter. Sí señor, un foo-fighter.
dos
Tanta luz fosforescente le devolvió la esperanza al hombre. Impactados los vecinos volvieron a verlo salir por las tardes a regar el jardín, como era su costumbre. El ovni juguetón y alegre que se encontró días atrás oculto en el refrigerador le vino a brindar compañía día y noche. Era un foo-fighter sanito que tenía la mala costumbre de no quedarse quieto en ningun rato, sólo por las noches cuando dormía flotando debajo del cobertor de la cama. Además era un generador portátil; nunca más el hombre pagó la cuenta de la electricidad. Milagrosamente todos los artefactos eléctricos funcionaban sin enchufes de por medio. Incluso él mismo llegó a beneficiarse del foo-fighter; por ejemplo nunca más necesitó la fluoxetina para poder levantarse por las mañanas. Tampoco supo más de sus amigos ni familiares, con la sola compañia de la esfera luminosa su vida estaba llena. El chiche pasó a ser su compañero, su hijo, su perro, la mina que lo dejó plantado, la lámpara portátil, su lacho para arriba y para abajo, y el control remoto de la tele, en fin, toda su cosmogonía. Acostumbraban jugar play station toda la noche, eran como tontos los dos para la coca cola con hielo. Cuando hacía frío la bola le abrigaba las patas.
tres
Cuando el hombre vio los pequeños pelitos luminosos todos amontonados en su máquina de afeitar, el nervio se le volvió a tensar. Otra vez la maldita pelota de luz se la había averiado. Peor fue la cosa cuando al entrar al comedor vio los platos sucios sin levantar de la mesa. Ya no aguantaba más, si la cosa seguía así seguro que terminaba acriminándose. El foo-fighter patudo se le vino a instalar con monos y petacas y ni siquiera aportaba con una chaucha para el presupuesto de la casa. El muy barza se echaba todo el día a ver tele y a pearse mientras se sacaba los mocos secos y los pegaba en el larguero de la cama. Por eso aquel día el histérico hombre no aguantó más y después de beberse una botella completa de ron purita, se fue a encarar a la pelotuda de la luz. No se demoró ni tres minutos cuando ya la tenía de patitas en la calle. La echó cagando. Le tiró todos sus chilpes a la calle ante la mirada atónita de los vecinos.
cuatro
La corrida de botellas vacías desperdigadas por toda la casa es impresionante. Entre sus recobecos las cucarachas se amontonan a comer. Desde que el foo-fighter desapareció de su vida sin dejar más rastro que el fuerte portazo que dió antes de perderse, el alcohol lo trae enteramente subyugado. Como las lagartijas siempre busca las sombras para no hacer trabajar a los ojos, que ya no son ojos, porque desde que el ovni se fue, son dos hoyos huecos y oscuros. Otra vez yacía abandonado a la vera del camino, otro fracaso más venía a engrosar la lista de sus caídas. Por más que intentó con estrellas, con ratones, con polillas, incluso una vez con el oso de peluche que había dejado abandonado su primera mujer, nunca pudo establecer una relación estable con nadie. Por eso desde un tiempo a esta parte se cree planta y ya no ve tele; escribe poesía; se hizo vegetariano y adicto al tarot zen. |
Texto agregado el 13-11-2004, y leído por 459
visitantes. (11 votos)
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Lectores Opinan |
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15-04-2009 |
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me gusta como las palabras se van soltando como latigazos, que siga la flagelación....
saludos! gomez81 |
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16-11-2004 |
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ademas de original tiene una gran orientacion hacia el esritor, en el cual se ve la capacidad para envolver y escribir grandes trabajos, muy bueno, besos lorenap |
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16-11-2004 |
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El "capítulo" Dos me ha gustado más que los otros, tal vez porque me ha hecho reir y está muy bien logrado. En el primero sólo se advierte más que tristeza, una indiferencia del protagonista, por el mundo exterior, un logro de su autor que logra plasmar tal idea muy bien én las letras. En los números Tres y Cuatro hay un giro en el vocabulario, es muy notorio, se hace más folclórico y mueve a risa...conociéndote....siento que ese desenlace lo apuraste, como que le falta algo, digo yo; para en el cuatro volver a mostrar la tristeza del protagonista y ésta transformarla en poesía...vaya sugerencia ésta, los solitarios se hacen poetas. Estrellas pa'luminar esta inspiración tuya que bien sabemos no te dejará en paz. Un abrazo y el amor todo de quien te quiere bien. FaTaMoRgAnA |
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16-11-2004 |
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Muy bueno, es divertido y original, me encantó yoria |
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15-11-2004 |
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Muy bueno!!! A veces hasta las pelotas de luz se opacan y todo da vueltas. Y la mente no para en inquietudes y visiones. Muy bien narrado. Te felicito. Es la primera vez que te leo. Me gusto. Shou |
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15-11-2004 |
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...No sé ni como he llegado hasta aquí. Quizá fué tu marciano que se dejó una estrella en uno de mis paneles. Y claro, curiosa que es una por naturaleza - o como diría alguien que no reconoce sus defectos, quizá no es curiosidad sino que me preocupo de mi entorno - pues... hasta la estrella que me fuí y aterricé aquí.
No me arrepiento. Me sorprendí, me divertí y me gustó lo que he leído y eso es mucho más de lo que puedo decir de algunos grandes autores consagrados que no consiguieron que pasase de la segundo página de alguno de sus mamometros. No sé quién eres, pues soy nueva aquí. Pero tus letras y tu estilo me gustan. Gracias por la invitación, Cao. Korina |
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15-11-2004 |
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eXCELENTE cAO. el relato esta muy bien contado y destaca por la originalidad y el mensaje de advertencia..
un abrazo
ruben sendero |
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15-11-2004 |
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Divertido, como sabemos la relación con los demás es cuestión de actitud, la tuya y la de los demás por supuesto. Excelente cuento, bien narrado. musquy |
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15-11-2004 |
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Estupenda paranoia,jajajajaja barrasus |
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14-11-2004 |
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Otra fantástico relato para el libro, que completaría, como el siglo: XXI. Este es imperdible, Cao ¡Adelante! Además, podrías comenzar cada uno de ellos, con versos de tus propios poemas ¿Qué te parece? Besos maravillas |
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14-11-2004 |
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livianito, liavianito... entretenido, ameno. Van cinco anemona |
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14-11-2004 |
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jajaaj, excelente, me alegraste la mañana del domingo con esto. La versatilidad te hace crecer dia a dia. Gracias por compartirlo por aqui. burbuja |
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13-11-2004 |
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jajaja genial cao ¿ desde cuando no escribías tan divertido? libelula |
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