La rosa efímera desprende un olor decrépito en el viento no es el miedo lo que anima esa pesadilla que insiste en las ultimas costillas de la noche no no es aquello pastoso que asoma por la nuca ante el delirio del tiempo exacto y adivinas... pero el adivinamiento dura con una duración de mal sabor en la boca desfalleciente no hay acabamiento que no cause estrépito no hay uno solo que no haga envejecer la rosa de los vientos todo acabamiento cae herido de aquella gravedad que la noche no quiere revelar por su terco mutismo maternal