Me llenas absolutamente, extrañamente...,
me inundas y me secas al instante,
sin que pueda apreciar tan solo
un estado nítidamente definido...
Me abrasas para luego congelarme
en un abrazo atrevidamente tímido...
Me aprisionas para darme
la libertad que tanto deseas...
Y así lo he decidido yo.
Me elevas levemente..., hasta horizontes
impensables para mí hasta ahora,
para luego depositarme cuidadosamente
junto al perfume de un extraño jardín.
Y mi casa huele a tí,
mi perfume huele a tí,
mi alma sabe, me late..., a tí.
Se baña plácidamente en la tranquilidad
de tus agitadas aguas...
Puede que seas mi oxígeno y mi dióxido de carbono,
puede que seas mi vida y mi muerte,
puede que llegue a amarte u odiarte,
pero ciertamente serás la única persona
con la que he sentido
esta masacre de equilibrados sentimientos...
Pétalos de rosa bordan tu belleza
sobre el arcoiris ensangrentado;
tú marcas el principio y el fin
de cada tono coloreado;
tus ojos son mi medio audiovisual
para contemplar tanta belleza,
la moldeas caprichosamente a tu antojo,
y no existe un espacio ni un tiempo
para lo vivido, para lo pensado...,
para lo sentido, para lo amado...
Te amo, de alguna extraña pero agradable manera.

(09/01/97)