Narcolepsia : directo a la oscuridad

Flotando sobre un profundo y psiquedélico ritmo espiritual, gracias al buen hacer de los maestros en la forja de los placeres oníricos. Un tenue retumbar de ondas que atraviesan el aire y abandonan la membrana del altavoz. Puedo ver las deformaciones del aire acercándose, atravesandome y provocando oscilaciones senoidales en cada una de mis partículas. Movimientos pendulares al ritmo de la música, un "tun-ka tun-tun-ka" suave y rítmico. El delirio dimensional hace mella en mis ya enrojecidos ojos. Arriba y debajo de se funden en una sola dimensión. Arriba es cerca y abajo lejos. Todo se ve como a través de unas gafas de aceite, de alguna sustancia que brilla y cambia constantemente de forma. Mi sensación-cuerpo levita, ya no noto el suelo y creo que me deslizo por un montón de nieve narcótica. Las simetrías cristalinas de los copos perturban mi lógica cerebral, demasiado equilibrio para un tránsito de naturaleza caótica. El humo es la nieve, de un blanco azulado y espeso. Me abro paso y avanzo directo a la zona desconocida de la mente. Abriendo mi psique a una realidad que aplasta mis sentidos y los convierte en espectadores de algo que no alcanzan a comprender. Ellos no entienden, pero yo sí. Todo lo que ni tan siquiera percibía antes se muestra ahora sin pudor a mi ojo mental, ávido de saber espiritual. Descifro los mensajes y recibo las respuestas. Cuerpo y mente levitantes ante la atenta mirada de miles de ojos cósmicos, que comprenden mi reacción y abren sus brazos invisibles para evitar que caiga y me hiera alguna incomprensión ignorante. Tan simple.....