Comienzo con un poco de ñaque, aunque suene incordio, en mi parsimonia encontré el hambre, me bebí con tequila rabia y odio, con esta ideología de marmitón de héroe, tiendo las inflexiones de mi pueblo, que es ciego y duro, recordando lo bueno que eran los tiempo en otrora, el poder que la justicia ignora, invade las plazas con el pusilánime, que la muerte parece que evade, pero pronto lo va usurear, mi pueblo, astroso levanta sus ojos buscando al sol, pero sin su luz lograr encontrar, el régimen atroz que escupe falacias al corazón, le roba la confianza al país, que busca quien les extienda las alas, y los medios, los hace olvidar con una linda efigie en pantallas, podremos ver el dogal oculto, con rostros bellos, pero seguirá estrangulando los deseos, y con mi corta disfasia, le hurto la vida del texto, al plectro precario, con el garbo de despreciar al silencio, detengo las lagrimas de la impotencia, con los dientes apretados y los dedos gafos, ante la mirada de necesidad de la gente, que no quiere armas si no comida, no quiere sangre, si no olvidar la miseria, no quiere guerra , quiere la paz y su tierra, pero sigue el celaje en los ojos de mis padres, que son felices con lo que tienen, ignorando a los que les falta, mientras el hambre mortal hace rilar ha cientos de rostros, muchos otros desternillan, y con su silepsis vergonzosa siguen ganando dinero, pero es suficiente, dejare de ripiar, solo por unos instantes, en esta noche larga de mas de quinientos años.
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