¡Ay mísero de mí, ay infelice...!
Hace poco leí en la biografía de un cuentero, de cuyo nombre no puedo acordarme, una apreciación que me hizo reflexionar. El amigo confiesa su incapacidad para crear en los momentos de felicidad y dice que sólo consigue escribir cuando su estado de ánimo es triste, melancólico o desesperado. El amigo se pregunta por qué cuando es feliz su musa hace mutis por el foro.
Quiero responderle: " tu mal es mal de muchos y si esto pudiera ser consuelo de tontos, puedo asegurarte que estás en compañía de otros grandes “tontos”
El que resumió el problema en pocas palabras fue Oscar Wilde al afirmar que “La gente feliz no tiene historia”
En esta frase hay toda una lección de narrativa. Para crear un relato debes tener algo que decir y lo que digas debe poseer una cierta dosis de tensión, un nudo, un conflicto, que durante el desarrollo del texto se dirija directamente hacia el descenlace.
Siendo que la felicidad es un momento ideal de carencia de tensión, es natural que en los momentos dichosos no estés en las condiciones más adecuadas para urdir conflictos. La poesía, en cambio,le canta a la felicidad, la arrulla y se deleita disfrutando el momento fugaz.
Entonces en los momentos felices, escribe poesía, amigo, y si ves que la felicidad te abandona, relata tu recuerdo de esa felicidad, que como sabes,es ave de paso .
Si piensas en la historia de la literatura verás que la tragedia griega y las grandes obras clásicas se basan en momentos de ruptura, de desequilibrio, de amenaza y miedo. A pesar de esto, la comedia, según mi parecer, es más dignas de elogio que la tragedia, porque es mucho más fácil hacer llorar que hacer reír.
Trata de seguir el consejo de Vargas Llosa quien dijo en una entrevista: "la literatura es la mejor defensa contra la infelicidad. Creo que los seres humanos estamos condenados a la infelicidad, salvo que seamos tontos. Los seres humanos tenemos la facultad de la imaginación y deseamos cosas distintas a las que tenemos. Hay un abismo entre lo que deseamos y la realidad. La literatura nos permite superar ese abismo permitiéndonos vivir mil vidas; gracias a ella podemos multiplicarnos, salir de nuestros confines, viajar en el tiempo, en el espacio y desde luego en la experiencia de ser muchos y uno al mismo tiempo"
Te saludo, escritor infeliz y si te reconoces acércate.
Me despido de la Columna por motivos Felices. Juanrojo tomará mi lugar.
Yvette Nino©
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