Con mi metro sesenta frente al espejo del cuarto de baño, escruto bien la imagen que me devuelve:
Unos ojos oscuros, algo achinados, miran brillantes y desafiantes.
Nariz impertinente, no por grande, sino porque es imposible que, con ese botón, tenga “narices para hablar con nadie”.
La boca sonriente, surcada de ligeras arruguitas de la risa, guarda la hilera de dientes blancos. ¡Ni siquiera se nota el diente que se me partió de niña cuando “mordí” una piscina!. Mª Antonia, mi dentista, realizó un magistral trabajo con resina.
Cara redonda, como la luna llena, enmarcada por una ondulada y larga melena castaña que refleja en mil destellos la luz que se cuela por la ventana.
Mi rostro de niña chica corona, a veces imposible, mi cuerpo de mujer por la que van pasando los años.
“Tiran más dos tetas que dos carretas”, dice el refrán, quizá por eso sigo tirando de todo mi universo.
Media vuelta, y ¿dónde está?... 39 años es como para haber encontrado mi trasero.
Tal vez nunca vino, por eso las columnas de mis piernas pueden erguirse largas y finas ya que no tienen que aguantar ese peso.
Media vuelta de nuevo, y sonrío satisfecha. Cada día que pasa me siento mejor en mi pellejo.
"Se que quedan palabras
por descubrir
que nadie ha dicho,
que nadie ha escrito todavía.
De todos los poetas bebo
y a todos los poetas pregunto,
pero mi sed se acrecienta,
ha de existir
he de encontrarla.
Dinos como es ¿es bella?. No,
no se, es más que eso,
es una cálida armonía,
un sinfín de amaneceres,
una playa que abraza
el vaivén suave de la vida,
una blanca paloma, pero no,
es más que eso,
es como despertar allá
muy cerca del cielo.
Amigos poetas que me habéis precedido,
yo no encuentro la palabra
tal vez vosotros, oh ayudadme...
Pablo, amigo.
Vicente, ¿me oyes?, el último amor,
todos vosotros,
Rafael, Miguel, Federico...
oh, ayudadme,
Gustavo, ella te adora,
yo se que existiría la palabra
si la hubierais conocido."
jrc.
(en homenaje y agradecimiento a jrc ) |