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Inicio / Cuenteros Locales / guinemona / Crímen en la Catedral (Inspirado en un Caso Real)

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Capítulo Dos

"Verónica Rippes, nuestra sagaz protagonista algo intuye, la anciana la incomoda, convencida de que encontrará algo nuevo, camina con ansiedad hacia la morada de la misteriosa mujer..."

El conventillo era una estrecha callejuela en donde difícilmente pasarían dos personas al mismo tiempo. Allí, en ese desfiladero de casuchas endebles y en donde la ropa tendida destellaba al sol como si fuese el pabellón oficial de ese lugar, se destacaba una casita de un amarillo chillón. La detective Rippes y su ayudante se dirigieron de inmediato allí, como imantados por una curiosa fuerza. En la ventana entre los vidrios trizados se destacaba un cartel, burdamente escrito, en que se leía:

“Quiromancia, tarot, artículos para la suerte”.

En ese mismo momento dejó de titilar la lucecita en la cabeza de la detective Rippes puesto que ese cartelito delataba el carácter esotérico de Elena, la abuela del asesino. El ayudante tocó tres veces la sencilla puerta de pino, asomándose la mujer al poco rato. Al verlos, se apresuró a decirles que no estaba disponible pero al reconocer a la detective, sonrió con afectación procediendo a abrirles la puerta e invitarlos a pasar.

-¿Cuánto tiempo hace que Zacarías vive con usted?-preguntó Rippes, mirando alternadamente a la mujer y esos extraños objetos que atiborraban la habitación.
En los muros se descolgaban pedazos de papel mural barato, colgados habían una serie de cuadros con dioses tibetanos, santos católicos y animales mitológicos. En el marco de la puerta pendía un “atrapasueños” de color violeta y cientos de plumas de pavo real estaban dispuestas en un extraño florero. Sin tomar en cuenta el nauseabundo olor a incienso de vainilla se podía decir que era un ambiente místicamente rancio y opresor a los sentidos.


-La mujer, estirada como una gata en su diván, la miró con esos ojos tan enigmáticos, que no dejaron de incomodar a la detective.

-Pobre muchacho. El está conmigo desde que fallecieron sus padres en un accidente automovilístico. Eso sucedió hace mucho tiempo, cuando el no cumplía aún los dos años.

-Que tragedia- dijo para sí la detective.

-Como usted comprenderá, he tenido serias dificultades para criarlo y educarlo. A decir verdad, él asistió solo dos años al colegio ya que después se le desencadenó esa enfermedad y allí comenzaron mis pesadillas.

-Entiendo que usted vive sola con él.

-Si. ¿Quién sería capaz de soportar a Zacky como lo soporto yo?

-¿Nunca ha sido internado en alguna clínica u hospital?

-Un breve tiempo, claro, después, usted sabe, yo gano poco, apenas me alcanza el dinero para costearle sus remedios.

-¿Lo notó usted más intranquilo que de costumbre el día del crimen?



-No, para nada. Incluso se puso a bromear con un vecino. Estaba contento, diría.

La detective Rippes se levantó del sillón y comenzó a pasearse por la sala. Su esbelta figura y su rostro imperturbable le daban la apariencia de una modelo profesional.

-Señora Elena -preguntó después con su voz de contralto- ¿Podría usted decirme que lugares frecuenta su nieto?

La mujer suspiró hondamente.
-Me parece que uno de sus lugares favoritos es el Riviera, un bar que no está muy lejos de acá.

Cuando salieron Rippes y su ayudante, la mujer los despidió con efusividad y ofreció verles la suerte para la próxima ocasión. La detective sonrio con frialdad pensando para sí en la ironía de todo esto, de saber tanto Elena de la vida de los demás y no tener nada claro los extraños pasos de su nieto.

Una pista pareció aflorar en el interrogatorio a varios personajes de aspecto descuidado que conocían al muchacho. Uno de ellos, Benjamín, dijo a regañadientes que suponía que Zacarías frecuentaba a unos extraños individuos. De esto hacía poco más de un año. ¿Acaso una secta satánica? Cuando los visitaba, se vestía de negro y partía a altas horas de la noche. El lugar era desconocido para ellos pero se suponía que se encontraba en el Barrio Alto.

La detective Rippes se devanaba los sesos con el intrincado asunto. El muchacho no parecía recordar nada y por lo mismo, no dimensionaba el horrible asunto en el que estaba directamente involucrado. Una tarde sin embargo, comenzó a recitar una especie de oración y una de las palabras que repitió fue: Emerson.
¿Acaso fue esa una buena pista?. Rippes revisó los prontuarios de diversos personajes involucrados en delitos satánicos, pero no encontró ninguno que obedeciese a ese nombre.

A veces son las casualidades las que permiten dilucidar algunos puzzles policiales. Uno de los detectives que investigaban el caso, trajo a colación una tarjeta de visita encontrada en uno de los bolsillos del muchacho y en ella se leía el siguiente nombre: Mark Apolo. Manuscrito con lápiz rojo aparecía un número telefónico. Se averiguó que pertenecía a un coleccionista y vendedor de discos de vinilo, un tal Pablo Petersen.

Rippes enfrentó al tipo, mostrándole la tarjeta. Petersen, un individuo algo obeso, semi calvo y con una abundante barba, miró el pedazo de cartulina con sus ojos algo enrojecidos e hizo pasar a la mujer y a su escolta.

-En realidad tengo a muchos clientes con los cuales intercambio material. Pero en su gran mayoría, son personas mayores, cincuentones como yo.

-¿Ningún joven que se parezca a este?-dijo Rippes, mostrándole una fotografía de Zacarías.

El tipo movió su cabeza negativamente, remeciéndose de paso su tupida barba como si esta tuviese vida propia.



-¿Quién es Mark Apolo?

-Es el nombre de fantasía de mi negocio. Lo elegí combinando el nombre de mi abuelo, un hombre espantosamente feo con el personaje de la mitología griega para contrarrestar en parte su fealdad. El hombrote sonrió, esperando un efecto que no se produjo en las facciones marmóreas de Rippes.

-¿Cuál es la música que más tiene salida en su negocio?

-En realidad debería consultar mis estadísticas porque el asunto es bien parejo, para serle franco. En este listado, por ejemplo, están los discos que he vendido o intercambiado en los últimos tres meses y usted puede darse cuenta que sale tanta música de rock como clásica.

-¿Me permite revisarlo?- le preguntó la detective.
El hombre le extendió el listado que constaba de varias páginas. Revisando minuciosamente el legajo, mientras inspiraba el humo inocuo de su cigarrillo mentolado, la detective pensaba que una vez más quedaría en la nebulosa, cuando encontró aquello. Un disco de Emerson, Lake & Palmer, en el cual se hace alusión a ‘Karn Evil 9’. Pablo Petersen contempló divertido la expresión absorta que se dibujó en el rostro de la agraciada mujer.

-¿Usted podría decirme si recuerda a quien le vendió usted este disco?

-Bueno, eso es un tanto difícil porque usted comprenderá que son demasiados los clientes.

-Pero no todos compran discos de este tipo por lo que veo.

-Déjeme hacer memoria, a ver…-el tipo elevó su mirada como si detrás de la lámpara se escondiese esa idea que intentaba rememorar. De pronto, sus ojos adquirieron una extraña luminosidad.

-Si, ahora recuerdo. Era un señor muy extraño que apareció una noche preguntando por música algo diferente.

-¿Podría describirlo?

-Si, lo que recuerdo bien era su mirada. Esta era profunda, hasta atemorizadora diría. Tendría cuarenta y cinco a cincuenta años, que se yo.

-¿Y su contextura?

-Más bien alto, delgado, creo que usaba un bigote recortado ¡claro! Ahora que lo recuerdo bien, tenía un cierto parecido físico con Adolf Hitler, si, jeje.

-¿Anota en alguna parte los nombres de sus clientes?

-Bueno, algunos.
Revisando la agenda de los compradores se encontró el nombre de Alberto Simma, el supuesto personaje de los ojos penetrantes. No había dirección, de modo que el dato quedaba en el aire. Salvo que…

Texto agregado el 09-11-2004, y leído por 220 visitantes. (5 votos)


Lectores Opinan
16-11-2004 Voy por el siguiente. Un saludo de SOL-O-LUNA
10-11-2004 Sigo la historia. La intriga me gana. Hay misterio en una trama muy bien narrada. Shou
09-11-2004 Wow prosa rápida y mi prima y su ayudante ( que parece no tener nombre) van solucionando el caso a pasos agigantados. Felicitaciones. libelula
09-11-2004 Me quedo intrigado totalmente, así que me espero al siguiente. Magnífico duo y portentosa imaginación...Olé por la detective Rippess!!! LoboAzul
09-11-2004 Me he quedado "puyú". Lo mismo que un doncello a punto de... y la novia se le escapa por debajo... Lo que significa que tengo ganas que esto siga... y pronto. Espero vuestro anuncio para seguir con los colmillos afilados en espera de la preciosa Detective... rodrigo
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