Dando vueltas alrededor
de sus abismos
caigo
vomitada por sus eyaculaciones
me arranca desde su raíz
donde me acurruco
de sus emociones perversas.
Verdugo
de mis desordenadas ideas
me ciñe con sus lazos
Invisibles

-Y apenas hay un momento de paz entre nosotros-

Llega como un ladrón
en las noches silenciosas
me muerde el corazón
y me deja cautiva
desangrándome..
Mí condena es su paraíso
me derriba en cada sacudida
y no sé donde esta
y no quiero saberlo
aunque lo invoque aullando
entre la gente muerta

-Y si al menos pudieras advertirme, huérfana de toda caricia-


La sentencia son las horas
en que caigo vomitada por sus abismos
aferrándome a un hilo de sangre que cuelga de su boca
en la noche tejida por las telarañas de mis ausencias
mi lengua
ajena a sus movimientos
distrae a mis ojos
que se mueven vertiginosamente
recordando sus tormentas.

-Y si al menos pudieras advertirme--
-