Los hechos y personajes de este cuento son totalmente ficticios


¿Cómo explicar que es el Borda?
Es difícil creer que en Barracas exista un lugar en donde, como cuando eras chico, pensabas: “quiero irme a casa de mi mamá”.
Pero bueno: es así…
Nunca en mi sano juicio se me ocurriría ir a visitar el hospicio. ¿Para qué habré ido? ¡Pero que infeliz soy, Dios mío! En fin…
Dentro del hospital, detrás de las rejas por donde se escapan los locos, uno puede “oler” a la depresión, dueña esta, hasta del último rincón del lugar.

¿Qué a que fui al loquero?
Fui a visitar a Santo mi amigo y Jefe de residentes de neuropsiquiatría, que se estaba divorciando. Fue ahí donde conocí a Angelito.
Este interno, todos los días limpiaba el pasillo principal: daba vuelta al sillón circular y seguía con el pasillito que daba al cuarto de residentes, saludaba al tira que anda por ahí y se rajaba a la cantina que hay en el medio del patio, a manguear un cigarro a los “nuevos” o a los visitantes asiduos, “porque un loco siempre se acuerda del que le convidó algo y nunca se olvida de nada”… - decía Angelito - .
Una vez que descansaba se volvía a la puerta, porque el poli siempre le daba un faso con la condición de que se dejara de joder.
Tenia unos 42 años y estaba encerrado desde hacia 25 años con un cuadro sicótico con esporádico comportamiento esquizoide. Era raro, medio gordito de rulitos y facciones suaves, siempre muy pulcro, con zapatillas flecha y un sweater de casimir con cuello en v.
Miraba para el piso como perdido, pero cuando llegaba la hora de tirar la manga, levantaba la trucha y te miraba sostenido, y hasta que no terminabas con el, no te bajaba ni un céntimo la mirada.
Santo le había regalado un delantal, y el tipo lo usaba todo el tiempo, incluso me han contado que las primeras veces que lo tenía puesto, hasta se iba a dormir con él.
El día domingo 3 de noviembre de 2002, había quedado con Santo que iría para allá a visitarlo, pues se encontraba en el hospital desde el viernes sin poder salir.
A las 9.30 llego y me encuentro que no había nadie en la puerta principal. Yo sabía que a veces no había gente ahí, y que algunos internos se rajaban a causa de ello. Lo primero que hice fue buscar al cana que esta de servicio en la propia puerta del hospital y que generalmente esta dando vueltas por el Servicio de mediano y largo plazo.
¡Pero que infeliz el tira este! - pensé - ¿Dónde se habrá metido?, y seguí caminando.
Ya adentro del cuerpo del hospital me encontré con Angelito, que venía arrastrando los pies y mirando para abajo como de costumbre. Lo saludé y le pregunté como andaba, levantó la cara y me dijo que bien. Tenía en el bolsillo del delantal un paquete de cigarrillos particulares, reconocibles por el color verde de la maquilla.
- ¡Ah! - exclamé - ¿hoy tenemos fasos?
- Si, - contestó secamente y con la cabeza gacha -.
- ¿Pero que es roña en el delantal Angelito? - pregunté - , ya que por lo general andaba impecable con su atuendo blanco.
- Me mandó el Doctor Spallina a limpiar la morgue - contestó y bajo la cabeza -.
Que asco pensé. Y contesté:
- Bueno, seguí con lo tuyo que yo voy a buscar al Doctor Masjoan que vine a visitarlo.
Salí a buscar a Santo, que no estaba en su habitación, y me quede esperándolo unos minutos. En eso lo veo entrar por la puerta principal, me vio y me saludó, preguntando desde lejos: ¿viste al policía?
No che, - conteste -, pero me encontré con Angelito que estaba todo sucio, lleno de sangre y me dijo que el Dr. Spallina lo mandó a limpiar la morgue.

La cara de Santo se transformó como si hubiera visto al propio diablo en persona y me dijo inmediatamente:
- El Doctor Spallina fue director del hospital entre el 80 y el 84.

Acto seguido salió disparado hacia la morgue, y por supuesto yo lo seguí.
Díos me libre y me guarde: ¡QUE ESPECTACULO DANTESCO!
Angelito se encontraba en el medio de la sala descuartizando al policía ¡CON UN SERRUCHO! Cuando entramos nos miró con cara de impavidez y siguió con lo que hacía, mientras decía: - Spallina me mandó a limpiar acá -.
Salimos de ahí a la misma velocidad que entramos, Santo cerró las puertas desde afuera con un palo, ya que no tenía las llaves, y por supuesto ocurrieron un montón de situaciones en las que no me detendré, porque no vale la pena.
¿Qué es lo que movilizó a Angelito a realizar semejante atrocidad?
Semanas después Santo me confirmó el motivo. Este pobre hombre fue a pedirle un cigarrillo y el cana le contestó: - Salí de acá loco de mierda, no me rompas mas las pelotas, me tenés recontra podrido ¿sabes?, ya no quiero mas que me jodas ni que te aparezcas de vuelta, salí de acá o te doy de flete entendés.
Meses mas tarde se constató que el interno Ángel Serotti fue violado sucesivas veces por el oficial de la fuerza de policía Juan Cañete.

Actualmente Angelito se encuentra en una sala del primer piso con reclusión y prohibición de visita alguna.