De pequeña siempre había tenido un amigo imaginario, se llamaba Sam y venía conmigo a todas partes.

Al principio hablaba mucho con él e incluso queria que mamá le dejará un lugar en la mesa y me molestaba profundamente que lo ignorarán.
Por más que lo intenté mi madre se negó
rotundamente a ello y me prohibió que siguiera hablando de sam.

Me intentó explicar que Sam no existía que no era más que una fantasía de una imaginación desbocada como la mía.
Asi que como no cesaba en mi actitud, mi padre me llevó a ver a un señor muy bueno que me daba papel y colores para dibujar.

Me regalaba caramelos y me preguntaba muchas cosas sobre el cole, mis hermanos, mis padres y sobre sam.
Un día me pidió que dibujará a sam para colocarlo junto a los dibujos de mis hermanos y mis padres.
Asi que lo dibujé aunque no me salió muy bien y lo colocamos junto a los otros dibujos.

El señor que me regalaba los colores me dijo que sam no existía que sólo era un dibujo que yo habia inventado porque era una chica con mucha imaginación.

Le dije a mamá y a papá que sam no era un dibujo que era mi amigo, pero ellos me dijeron que no existía.Comencé a llorar y no paré mientras volvíamos a casa en el coche.

Entre en mi habitación y me senté junto a la cama, por mis mejillas seguian corriendo lágrimas.
Sam se acercó a mi y me las secó con un pañuelo.Me dió un abrazo y me dijo: no llores mary, yo no me iré me quedaré contigo hasta que tu quieras.Sólo que será nuestro secreto, sólo tuyo y mío.

Sonreí y me sequé las lágrimas.
Apartir de ese día sam pasó a ser un secreto.
Mamá y papá estaban muy contentos.Yo dejé de hablar de sam con los demás.Sólo hablabamos en mi cuarto y nos contabamos nuestras cosas, todo transcurría con normalidad.
La vida era cotidiana.

Sam y yo crecimos juntos, compartimos todo lo importante de la vida: mi primer beso, mi primera copa, mi primera vez........

Aún hoy sam sigue aqui conmigo y seguimos manteniendo el secreto.
Sólo lo sabemos él y yo, cualquier niño y ahora tú.......