Para ti ¡Traidor!

Cuándo leas este mensaje, mi corazón habrá dejado de latir ¿ O imaginaste que no tengo corazón?
Juraste que yo era la primera y única mujer en tu vida. Me entregué plenamente a ti, estuve siempre dispuesta a tus fantasías ¿Recuerdas? Me vestías de colegiala, levantabas lentamente mi falda acariciando mis muslos, y yo, subyugada, te dejaba hacer, me atabas a la cama y lacerabas mis nalgas con un látigo, de mí, no salió nunca un quejido ¿ Para qué seguir recordando?
Estoy escribiendo desde el guardarropa, el lugar en que me ocultaste cuando llegaste acompañado de esa mujer y se revolcaron en nuestra cama.
Cuando abras la puerta de este mueble, encontrarás esta carta y lo que queda de mí, un montoncito inservible.
¡Adiós!

Tu muñeca inflable.