Dame tu intimidad
A todo cielo
Para que mis recodos reverdezcan
Y simienten
Cuanto se extiende a los pies de mi fuerza.
Dame una breve dulzura
Y lo demás de ella que necesita dirigirse.

(...En mi el destino
para que en ti el cauce...)
Tienes la bruma que opaca;
Tu señal sigue rebotando tu ámbito solo.
Silencio a ras de la piel,
Efervescencia entre dos mundos dirigidos por la unidad,
Y desolados
Por el desasosiego y lo incierto.

...Palabras que me urgen el deseo y la sangre
Te desato y te doy,
Para que sean recíprocos el caudal y la confluencia.
Ante lo irredento, comienzo amándote mujer.
Ante la duda, ya,
Te amo.
Ante la celebración,
Estoy siendo una fuente de tu sed.

Todo instante se eterniza en el segundo de alguna proximidad
De tu piel a mi espera:
Para eso lo profundo de ti,
Lo que de mi se extiende hasta tocarte...

Dame el agua el aire el fuego
Y la tierra
En el enredo en que nos deshacemos íntegros:
Así el amor;
Una espada y una herida al mismo tiempo,
Para la esperanza...

(Te lego mi imagen, compañera,
Para lo desmesurado;
El ámbito ondulante para los sentidos;
La cavidad para siempre de mis débiles desconsuelos;
El encantamiento
De mi ebriedad inocente...
Alzo hasta tu tentativa más serena
Los dedos de mi progenie
Y te hinco vientos de cabellos.
Quiero tu entera evidencia de mujer
Para lo que declaro sensible
En mi existir.
Por eso).

Pacientemente
Sigo fuera de toda literatura
Imaginando tu felicidad...