Me contaba que tenía dolores de cabeza frecuentes, según ella eran como tener bombas de estruendo dentro sonando una y otra vez sin parar ¿la razón? Sinceramente no había razón para tanto malestar en ese momento. Su día había sido normal, en su casa tranquila, viendo la televisión de vez en cuando escuchando música en la computadora pero nada anormal. La cuestión era su pasado, su presente y probablemente el futuro que la esperaba, Cecilia temblaba al pensar en el día de mañana sin haber superado el ayer que la atormentaba.
Su aspecto era de una chica sola y descuidada, mientras hablaba conmigo tenía la mirada pérdida y la voz quebrada de tanto llorar. Ella era esa persona a la que la vida golpeo mucho por circunstancias que la vida le iba presentando. Sus amigos eran sus pensamientos que a veces le traían dolor de cabeza, malhumor y todas esas características que le pasan a una persona cuando esta en ese estado.
Su historia confusa me conmovió mucho porque, según ella, tuvo muchas etapas: la de Felicidad, la de tristeza, la de decepción y la soledad quien la lleva y la llevaba a instancias de total locura.
- La Locura no se la deseo a nadie, es muy feo convivir con ella por que te trae desesperación del no saber que hacer, de pedir ayuda y que todos te miren con cara de nada o de miedo quizá-, me contaba Cecilia.
Me sorprendía cada vez más con su testimonio claro y transparente. Yo no la presionaba con mis preguntas porque directamente fluía de ella la conversación.
- Cuando era chica, alrededor de los 8 años más o menos le ocurrió algo que le quedó marcado para toda su vida, - Era el día mi cumpleaños y la primera vez que me dejaban ir hasta el Kiosco sola ya que era única hija y por miedo no me daban el permiso. Ellos me cuidaban mucho y siempre me decían: -no hables con extraños. Yo lo tomaba en cuenta pero a la vez no porque no era consiente de que en el mundo había personas malas que en un segundo te podían destruir la vida.
Mi gran sueño era ser una estrella de la música, me encantaba cantar y golpear juguetes buscando un sonido para formar la melodía, es más apenas supe escribir me empezaron a surgir palabras que ni yo sabía que las tenía dentro de mí, donde juntando todas esas palabritas de oro( así las llamo yo) compuse mi primera canción, era maravillosa porque era mía, mía-, me contaba emocionada pero a la vez con llanto de dolor y bronca. –¿continuo?. –Si, por favor le conteste. –Bueno, como te contaba ese era mi ilusión que también era inalcanzable e imposible porque éramos una familia humilde a la que le alcanzaba para comer y para darse gustos de vez en cuando. Ese día lo recuerdo más como doloroso que de felicidad. Fui feliz unos sesenta minutos y te juro que fue la última vez que lo fui. Sonreí y llore de emoción al ver como mis padres juntaron cada pesito para comprarme esa pequeña guitarra que tanto amo y ame, yo no sabía nada imagínate. Pero todo no es color de rosa ya que, como te decía antes, ellos me había dado permiso para ir al Kiosco y fui después de haber recibido el regalo, salí recontenta caminaba entre rápido y lento para llegar pronto, en eso siento que alguien me chista era un hombre alto de unos treinta y cinco años, el pelo era castaño junto a unas pocas canas que le cubrían el flequillo y flaco estaba acompañado de una mujer igual pero un poco más joven que él. Con la mano me llamaron y yo inconscientemente me acerque a estos señores me invitaron a que vaya con ellos hasta una casa en la cual tenían los famosos “caramelos” yo contenta los recibí pero eso no era todo, mira te lo voy a decir de una para que no especificar el tremendo hecho. –Esta bien le dije. –El tema es el siguiente (y con lágrimas en los ojos me dijo) abusaron de mi. El lugar donde estábamos se vistió de un silencio que perduro treinta minutos, bastante pero necesario.
Con tan solo mirarla te dabas cuenta el sufrimiento que tenía por dentro, Cecilia quería seguir y yo por supuesto le dije que se tome el tiempo que quiera. Para luego retomar el tema, estuvimos hablando de otras cosas, le conté sobre mí vida y el mal momento que pase cuando me accidente con el auto mientras iba a una entrevista, a causa del accidente estuve inconsciente dos meses y para recuperarme cuatro.
Después de hablar de mi vida retomamos la charla que era muy interesante. - ¿ Qué hiciste después de esa situación?
- Me fui para mi casa y cuando llegue encontré a mis padres desesperados al ver que había llegado después de varias horas afuera, cuando vieron mi deplorable estado se calmaron. Estuve una semana encerrada en mi pieza sin comer y sin hacer nada, solamente tocando melodías, hasta que decidí hablar. Los junte a los dos en el living y comencé a contarles, es inexplicable el doloroso momento que pase frente a esas dos personas que me dieron la vida. No se de donde saque el valor, inmediatamente hicieron la denuncia, me hicieron pericias psicológicas, y otras que no me acuerdo.
La pase muy mal, mi madre le agarro un cuadro de depresión importante y falleció a los tres años siguientes, cuando yo tenía once años. Después en mi plena adolescencia y tratando de superar todo, muere mi padre de un cáncer fulminante. Así es la vida hay personas que no sufren y hay otras que si y soy una de ellas, parece que mi misión aquí es sufrir, irónicamente dijo.-
No podía creer tremenda historia, en realidad nunca escuche una parecida. Una de las cosas que más me impacto fue cuando me empezó a contar su vida después de los dieciocho.
- Estaba en una etapa de mi vida de muchos cambios y por eso empecé a enloquecer. Me encontraba sola en el mundo sin nadie que me aconsejara o sin alguien que me diera una mano para cualquier cosa que necesitara, puede ser que yo me haya encerrado en mi propio mundo y marginado de la sociedad pero la soledad empezó a invadir mi mente, mis únicos amigos eran mis pensamientos, Veía y veo personas que son irreales pero aprendí a convivir con ellos, algunas son mis compañías de todos los día y otros no, por ejemplo en este momento al lado mío se encuentra María, no la busques porque nunca la vas encontrar, ella esta en mi imaginación nada más, es una gran persona.
No sabía que decir, me había anonadado al escuchar semejante confesión pero seguí preguntando.
-¿Y tus sueños que paso con ellos?
-¿Qué pasó con ellos? Se desvanecieron, quedaron en mi memoria, es muy triste para una persona sentir que sus ilusiones se van como el viento.
Su mirada seguía pérdida como en el primer momento en que la vi, sus piernas se movían pero lo que me puso contento es que estaba mas tranquila porque yo le había brindado mi confianza.
-¿ Pensas en el futuro?
- No mucho, pienso si algún día podré liberarme de todo este dolor que llevo por dentro, pienso si algún día se me cumplirá el sueño de mi vida, pienso en muchas cosas pero más en las que te mencione recién.
Se hizo de noche, estuvimos más de tres horas hablando y ya era hora en que terminara para el bien de ella porque le hacía mal hablar de todo su pasado. Me despedí de Cecilia con un abrazo fuerte y sincero, me dijo que yo era una persona excepcional, que se sintió muy cómoda conmigo y que nunca me iba a olvidar. Yo por supuesto y de corazón le dije lo mismo, le dije que la quería volver a ver o llamar, me dijo que si que no había ningún tipo de problema. Cruzó la puerta y volvió a su vida habitual pero con un cambio muy importante, empezar a mirar para el futuro y a entrar a ese mundo que por un lado la había abandonado pero que por otro las esperaba con los brazos bien abiertos para una nueva vida llena sueños e ilusiones.
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