La tierra siente el paso de la noche
y el aire y la ciénaga celeste ven cómo el agua acaricia la pastura.
El horizonte va produciendo el nuevo milagro
y la luz intensifica la aurora.
La humedad y lo diáfano se embeben de los árboles
y todo es una lenta sensación luminosa...
Por el borde
de la tierra se iluminan las hierbas
y más tarde la luz camina englorificando todo cuanto encuentra:
Así de lo que no fue mágico hasta ahora
se desprenden bellos reflejos, casi son soles o estrellas...
...apenas si puedo adivinarlo en la inmensidad del rocío.

Es la luz, que acaricia el aire con su enagua,
es la luz, que se funde al planeta y lo abraza y lo endulzora.
¡Es la luz, hermanos, la luz!...
Se despereza en la mañana y habitada de pájaros la enseñorea;
se revienta hacia nosotros. La recibimos,
ella se nos expresa infinitamente:
La vida de la vida,
fuerza titánica del viento, ternura ingrávida de las flores.

Véanla.
Salgan de las injusticias aparentes,
ella encandila lo misérrimo:
¡la luz!,
¡la luz ilumina algo que sólo puedes haber presentido!
y acurrucada en el alma nos hace transparentes...