Esa noche
fuiste tú,
no tu nombre
y la duda dió lugar
a deletrearlo en mis vacíos
¿vacíos?
tan solo temía
que esa noche,
muriera como todas!
azul,
y con todas sus estrellas.
Entonces maté a Orfeo
abrazándote,
y deseando besarte las rodillas.
Texto agregado el 04-11-2004, y leído por 215
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Lectores Opinan
09-11-2004
Son maravillosos sentimientos y deseos irrefrenables. Desearía ir también al lugar en el que poder atrapar el sol entre mis dedos, para que nunca amaneciera al compartir la noche con la persona amada. Me gustó mucho. Monelle
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