DILES QUE YA QUE ME MATARON…
Si, ve y diles a esos que ya pagué lo que les debía, no hay razones para dejarme aquí colgado. Y es que tengo miedo, de este lado hace frío, además, ¿Ves esos zopilotes que están del otro lado del árbol?, más arriba, en una rama que se parece a la mía, llevan rato echándome el ojo, están esperando que te vallas para acabar con lo que los gringos empezaron.
Y, ¿Sabes porque me colgaron? No le digas a mi papá, al cabo ellos no pensaban decirle, pero es que les estuve robando para llevar lo que mi mamá necesitaba en el rancho. Lo que llevé no costaba más que el trompo que llevas en la mano. Así que la vida de tu hermano no valió más que un trompo viejo y arañado, e igual que el trompo, del cuello con una soga amarrado. A lo mejor la cuerda es más cara. Es buen mecate.
Cuando me bajen, si es que me bajan, llévate la cuerda y pónsela al perro para que no se nos escape, ya sabes que es travieso y le gusta mucho a mi morenita. ¿Te acuerdas cómo lo besaba de chiquito?. Quién fuera el perro para llenarme de nuevo con esos besos. Pero ya muerto ¿Cómo? No se puede besar a los difuntos mas que con los rezos.
Mari jose, la hija del veterinario ¿Te acuerdas?. Voy a extrañar esos ojos, sus labios, su cabello entre los dedos de mis “pecadoras manos”, como decía el padre cuando me las amarraba el policía y me sujetaba el señor de la tienda.
Por eso no le digas que me mataron, no quiero verla siempre llorando, dile que me fui con otra vieja, con una güera de ciudad que andaba en camioneta. Así por lo menos difunteado puedo verla todo el rato para no extrañarla tanto.
No te asustes si te estoy hablando Fernando, eres muy chiquito para entender que aunque me veas colgado no me he ido, no seas menso, si te hubiera dejado solito no te estaría platicando.
No te hagas el tarugo, ve y diles que ya que me mataron no me sigan matando, ya llevo rato y no falta mucho para que tus hermanas salgan de la escuela y papá vaya en la bicicleta. No quiero que me vean, no te van a creer cuando les digas que me largué con la vieja de la camioneta, y los que me amarraron les digan que de mi no han visto nada.
Ve y diles antes de que Mari jose me vea todo picado por el tiempo que llevo difunteado.
Ándale córrele, dile al gringo, al padrecito o al policía que me bajen y me entierren junto al árbol en donde Mari jose y yo nos confesábamos.
Dile a mis hermanas que no extrañen los cuentos, te toca cuidarlas en la feria, a mi papá dile que no soy tan mal hijo y a mi mamá no le digas mucho, porque también se nos muere. A mi morenita, dile que con tanta carta que le escribí es suficiente para tenerme siempre a su lado.
Ya no hay tiempo, tira el trompo para que corras más rápido, yo te lo cuido, los zopilotes ya vienen a picarme, córrele y diles a esos malditos asesinos que de este lado hace frío, que ya que me mataron no me dejen aquí colgado.
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