Como resultado de numerosos estudios, he llegado a la conclusión de que podemos dividir a las especies masculinas en tres familias: Amores, Pretextos y Obsesiones. Si bien en algunas ocasiones pueden confundirse, básicamente en la taxonomía debemos decantarnos por la mayor cantidad de caracterísiticas que lo apeguen a su familia correspondiente.
En la familia de Amores (Desde ahora Amorae en consideración a la clasificación taxonómica) encontramos aquellos individuos que presentan los siguientes caracteres: Patas con filamentos adherentes al músculo cardiaco, alas diseñadas para altos vuelos y ojos grandes pero que carecen de visión. Los Amorae pueden confundirse a simple vista con las otras dos familias, sin embargo podemos diferenciarlos por su apreciada sangre usada como potente droga y a causa de la cual se encuentran en vías de extinción.
La familia mayor en extensión, es la Pretextae. Debido a la disposición de sus cortas alas, zumba pero no remonta el vuelo. Estas especies tienen un profundo apego por los espacios vitales, así que no es difícil encontrarlos dando vueltas sobre nuestro frutero, nuestra cama, nuestro baño. Aunque aparentemente son inofensivos y caseros, su inestabilidad y desapego los convierte en altamente peligrosos. Si bien se les puede adoptar como mascotas, no olvidemos que son sólo pretextos para llenar vacíos de forma temporal.
Los Obsesionae son la familia más longeva. Pueden vivir durante años alimentándose sólo de miedos, complejos y dudas. Los Obsesionae y las cucarachas, son quienes sobrevivirán a la bomba atómica. Con una trompa enorme para producir picaduras, los hay venenosos e inofensivos. También se les distingue por los dientes con los que se aferran, mismos que heredaron de sus antepasados parásitos. Su cuerpo mutable los hace repelentes a todo tipo de insecticidas y artimañas para sacarlos del paso. Esta misma mutación los confunde con los Amorae, sin embargo su sangre es amarga y con efectos adversos, aunque eso sí, a veces más adictiva que la de los mismos Amorae.
Y después de un poco de teoría, pasemos a la práctica:
Necesitamos una caja con poca profundidad. El ancho y el largo van de acuerdo a nuestra colección particular.
Se dispone la caja con tres divisiones: Amorae, Pretextae y Obsesionae. En cada una de ellas habremos de ir colocando cuidadosamente los especímenes de la forma más simétrica posible. Con mucho cuidado se les introduce un alfiler a cada uno, justo a la altura del medio cuerpo procurando no dañarlos mucho. Hay coleccionistas extremos que alfilerean a las creaturas vivas. En lo personal, prefiero coleccionar cadáveres, que es tanto como coleccionar recuerdos. Lo que se recomienda es que si se tiene una especie viva de la familia Obsesionae, se le introduzca de inmediato el alfiler. Con los Amorae, lo mejor es dejarlos que vivan lo que tienen que vivir, y los Pretextae, van y vienen a placer.
Una vez perforados, ponemos el insecto con todo y alfiler y debajo el nombre científico siempre escrito con cursivas. Posteriormente añadimos datos como fecha, lugar de captura y paraje.
Ejemplo:
Orden: Coleoptera transitania
Familia: Pretextae
Especie: Galanpoethia chilensis
Fecha: Marzo del 2001
Lugar de captura: Colonia Condesa, México D.F.
Paraje: Cantina Xel- Ha.
Debemos tener mucho cuidado y poner un vidrio grueso que tape bien la caja. Esto para evitar que parásitos se coman a los insectos exhibidos y también para prevenir que un buen día se pongan de acuerdo, revivan y salgan a perseguirnos.
Recordemos que el interés de este ejercicio es básicamente educativo y de acercamiento vivencial al objeto de estudio. Tener siempre a la vista a estos bichos, nos ayudará a no repetir experiencias desfavorables y a ubicar a cada familia sin que se mezclen entre sí.
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