Gris.


Gris ven mis ojos, las calles están saturadas de
Ese color. La gente corre sin darse cuenta de
Lo que hay alrededor.
Camino y tropiezo mirando el triste sendero
Que se ofrece a mi corazón. Las dudas son como
Las piedras que se oponen a mis pies, llenos de dolor.

Miro y miro y veo a las bestias rugientes de la
Mañana, escucho el sonido de sus entrañas, de sus grandes
Bocas laterales que absorben sombras, almas y miedos.

Mi cuerpo esta magullado por las piedras, por las culpas, por cada
Paso que doy y que me aleja mas de ti. La mañana es gris
Como mis ojos al amanecer, como mi alma al descubierto.
La gente corre sin darse cuenta de lo que hay alrededor, de tanta pena,
De tanta rabia, de tanto frío que inunda cada camino, cada corazón.

¡Amor! ¿Estas en alguna parte?, ¿Estas hoy aquí, después de la derrota,
después de las palabras escritas en la piel, después de tus pechos y tus ojos
mirando mi cuerpo lleno de pasión por ti, inmóvil y sujeto al color
de la mañana?

La culpa me hace pequeño al comenzar, como las pupilas de mis ojos a la luz.
Podría morir ahora si tan solo respiraras sobre mi rostro, si tus manos insinuaran tocarme.
No quiero, de verdad, no quiero seguir, mientras las piedras me golpeen. La gente mira pero no
Quiere ver, solo disfruta de su tiempo, de su estúpida vanidad, del escarnio ajeno.

Hay caminos grises en mis ojos, hay caminos grises en mi pecho, cuando
Me alejo de tus pasos, cuando me resisto a entender, cuando pierdo la fe.
Se marcan senderos en mi piel que no me atrevo a recorrer. De verdad no quiero seguir,
No quiero caminar mientras las piedras grises estén entre tu y yo, en este amanecer.