Inicio / Cuenteros Locales / larsencito / La maleta IV
Cuando cuento que Juan tenía miedo de tres cosas: de quedarse calvo, de los silbidos del viento en el patio y de las maletas, habitualmente es sólo la tercera fobia la que requiere explicación.
Para intentar revelar esto es necesario visitar un pequeño y destartalado apartamento de Triana en un invierno de hace aproximadamente diez años. No resultará difícil imaginar allí a una joven con cuerpo pequeño enfundado en un floreado pijama de felpa. De cara no es guapa, si bien los ojos avellana, grandes en exceso, no dejan de llamar la atención. Si nos fijamos detenidamente observamos que ella mira su reloj y, después, la puerta fijamente intentando adivinar los ruidos del rellano. No nos cuesta ningún trabajo adivinar que espera a alguien. Ese alguien es Juan, aunque todavía pesa veinte kilos menos y, más importante aún, todavía no teme las maletas. La espera se alarga. La chica de los ojos avellana segura de su intimidad a veces habla sola. Se queja del comportamiento de Juan y, por lo visto, con razón. Empieza a llorar y le puede el sueño en la espera.
Cuando Juan llega es muy tarde. No se atreve a llamar. Ella sueña que todavía es una niña y pasea por el bosque recogiendo arándanos. Recoge su maleta del rellano y se marcha para siempre.
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Texto agregado el 03-11-2004, y leído por 349
visitantes. (2 votos)
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Lectores Opinan |
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03-11-2004 |
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Umm, esto se pone interesante, cuando aparece una fobia por medio...algo va a pasar...algo muy, muy ¿escalofriante? yoria |
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