Inicio / Cuenteros Locales / ondina / Una cafetera menos
Era una noche de las más calurosas del verano.
Tiempo de relax, de moragas en la playa y tinto de verano.
De baños a la luz de la luna, de besos de sal, abrazos de arena mojada, luna llena y buena compañía…
¡Sugerente!...
Pero el cuento no es así, yo lo hubiera preferido, más no es lo que he venido a relatar.
…Era una noche de las más calurosas del verano, María trasteaba en la cocina a la única hora en que la casa parecía estar dormida.
Se escuchaban murmullos de voces contenidas en el cuarto de los niños, ronquidos de león en la alcoba principal, el tic-tac del reloj en el salón y el ronroneo suave de la lavadora.
¡Por fin un momento de tranquilidad tras un día agotador!. María puso la cafetera al fuego para saborear un aromático café antes de retirarse.
Sin darse cuenta llegó el sueño, ese que viene cuando se tienen los ojos abiertos.
El murmullo de las voces se fue convirtiendo en el crepitar del fuego a la orilla del mar, los ronquidos de león en las olas batiendo contra las rocas, el tic-tac del reloj en los latidos de su corazón, y el ronroneo de la lavadora en dulces palabras acariciando suaves sus oídos…
Así estaba María sumida en su embeleso, cuando un extraño olor comenzó a turbar su sentido olfativo.
El león salió de su guarida, cambiando los ronquidos por aullidos, ya no se escuchaba el mar, ya no olía a sal.
-“El café se ha quemado, estúpida, es que ¿no eres capaz de hacer nada bien?, ¿quieres que ardamos todos en el infierno de esta casa?”
María presurosa apagó el gas.
Una cafetera menos, y un sueño más que no se hará realidad.
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Texto agregado el 03-11-2004, y leído por 357
visitantes. (14 votos)
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Lectores Opinan |
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20-11-2006 |
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Me llega la tensión y temo por ti. Pero el aullido del león me enrabia. Felicidades por el cuento. un beso belusca |
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19-01-2005 |
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El doblez del final aunque lo advertías en el comienzo fue como una aguja, en ese momento deshaces el oloroso y de ensoñamiento en este cotidiano e injusto, demasiado frecuente, con el gusto amargo. Un abrazo Cardon |
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11-11-2004 |
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Qué triste, pero qué bonito. Vlad_temper |
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11-11-2004 |
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Qué triste, pero qué bonito. Vlad_temper |
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11-11-2004 |
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me gusto mucho.casos de la vida real
buhonero |
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06-11-2004 |
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Muy bueno, me encantan estos cuentos irónicos, como la ilusión se trunca en un instante...
Muy bueno
Saludos. sals1984 |
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06-11-2004 |
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ays, qué familiar me resulta ese olor, el de la goma que se mezcla con el café hirviendo... Si es que es tan fácil dejarse llevar por la ensoñación, verdad? snif snif... a qué huele?... ¡coño, la cafetera! ;-) Felicidades por el texto, ondina, poco a poco vas construyendo bonitas ventanas a las que asomarse. Besooos! moebiux |
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04-11-2004 |
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si, el cuento no siempre es azul, ni rosa, ni verde... sólo "es". Me gustó tu forma de contarlo, Carmen. Resulta muy real. Un besazo
anapolar |
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04-11-2004 |
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Estupendo!! Sencilla manera de narrar una misma realidad por duplicado, vamos, lo de la doble vida y todo eso.. Me ha gustado, mucho. luna-lunera |
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03-11-2004 |
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Eso nos pasa a los que tenemos una doble vida, la propia y la que maquinamos en nuestra cabeza, me encantó, muy original. barrasus |
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03-11-2004 |
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ayayayayay monica, buen cuento, si hasta da sueño y ganas de cafetear, es decir, colocar la cafetera y beber un cafe negro muy negro, tinto retinto diria un caribeño, y bueno, ella mujer, solo mujer y bueno como se le ocurre despertar a su querido esposo que ronca con tranquilidad, y los hijos? simpatico, bueno, cente con mi voto y mis estrellas curiche |
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03-11-2004 |
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Muy bien, menuda productividad... y mejorando ehhh. Las cosas tienen dos formas de contarlas. Un besote. nomecreona |
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03-11-2004 |
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Es estupendo. La descripción de la ensoñación es maravillosa y con doble filo. Enhorabuena. JuanRojo |
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