Hola Soledad. Ya ves, tal como llegastes a mi vida, te vuelves a marchar. No pienses que me he sentido mal contigo. No. Pero sabes que todo tiene su tiempo, incluido tú. Bueno, tú no, porque tu tiempo es eterno, solo que no lo sabes aún. A veces me pregunto cómo es posible que hayas decidido irte. Yo, que me había acostumbrado a estar contigo. Y ya ves, un buen día, me abandonas. ¿Te sientes traicionada por mí? Espero sinceramente que encuentres tu media naranja, porque creo que lo que te pasa es eso, que te hallas muy sola. Bueno, Soledad, lo dicho, que seas muy feliz.