La noche comienza a agonizar poco a poco
solo se oyen los pasos de mis zapatos al caminar sobre el agua que se escabulle lentamente por los senderos de una calle oscura.
Estas ahí tirada en la esquina con, tu cabello húmedo por la caída de una leve llovizna.
Tu amuleto se refleja bajos esos vulgares faroles que emiten una luz que te obliga a cerrar los ojos.
Me acerco a ti, toco tus congeladas manos, te cubro con mi saco y de pronto me clavas tu mirada repleta de dolor y ansias de llorar descontroladamente, te abrazo y nos quedamos un largo rato juntos dándonos calor uno al otro.
Comienzo a sentirme como un ogro, ahogado en un mar de perdones.
Suavemente oigo tu vos, pero me di cuenta que era un deseo, producto me mi inconsciente,
Nunca debí haberte dejado, te extraño, te necesito, me siento muy solo.
Mis pensamientos son solo de arrepentimiento y perdón y ganas de estar junto a vos, sin embargo de me doy cuenta de que estoy caminando, por una calle que me alejo de la realidad por instantes.
Hoy no estas y jamás estarás, fuiste tan solo una pequeña visión en una caminata extraña en la cual quisiera que me acompañaras.....