Tirado en el suelo mira girar el ventilador de techo, hay mucho humo, le pesan las manos y los pies están gigantescos. Una boa se enrosca en el soporte de la luz, se come el reflector y desaparece a través de la pared. Alcanza a dar otra pitada, casi se quema los dedos, retiene y exhala. Desea ir al baño, pero un puede despegarse del piso, se arrastra pero es inútil, la humedad irrumpe entre sus piernas..Todo gira lento, ya no es el ventilador, es el cuarto lo que se mueve. Un mamut posa la pata sobre su pecho. No tiene sueño, es agradable ver a Maria y Natalia besarse, aunque esas lenguas bífidas no les quedan bien. Es de noche, o al menos eso parece ya que por la ventana pequeña las estrellas bailan dirigidas por la luna, con su cara de frígida aburrida.
Suena el teléfono... uno... dos... tres timbres, crece y crece el teléfono, va a explotar! Enmudece por suerte, no quiere imaginar los restos del aparato manchando las paredes.
Ahora la boa se come a Maria y Natalia, sonríen lésbicamente, quiere aplaudir pero no puede mover las manos, es un show espectacular, ríe con entusiasmo enfermizo. Queda una pastilla, haciendo un esfuerzo en contra de todo su cuerpo la ingiere ayudado con un sorbo de ginebra. Enciende otro petardo, logra sentarse contra la pared.
Otra vez grita el teléfono... uno... dos... tres... cuatro timbres.
- PIIP... Por favor deje su mensaje después de la señal-
- Hola... estas?... Por favor llamame al celular apenas llegues. Hubo un accidente... Atendé boludo!... Que mierda estas haciendo?... Estamos en el hospital central, andate para allá urgente. No te lo puedo decir por teléfono.... tu viejo.... PIIP. Fin de mensaje.
Fuma con calma; se ríe a carcajadas; la luna se mete por la ventana rompiendo la pared y los aplasta a él, la boa, Maria y Natalia .Su cuerpo empieza a temblar y luego a retraerse en espasmos frenéticos, los ojos blancos, espuma en su boca y el humo que inunda todo.

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