Inicio / Cuenteros Locales / ondina / Mirada perdida
Hace unos días entré a un bar de copas de mi pueblo, un sitio curioso, lleno de personajes, algunos imposibles, otros excesivamente posibles.
Sentada en una esquina de la barra había una mujer , madurita, ni guapa ni fea, ni alta ni baja, ni gorda ni flaca, cualquiera diría que anodina sino fuera por su mirada.
Por un momento sus rasgados ojos castaños se clavaron en los míos, y tuve una extraña sensación de familiaridad.
Eran unos ojos tristes que algún día debieron ser hermosos, en ese momento parecían pozos profundos, oscuros, hundidos…
Alguien al darse cuenta de que la miraba me contó su historia:
“Esa mujer un día caminaba por la calle con la cabeza erguida, orgullosa de haber llegado hasta donde se encontraba luchando ella sola a brazo partido, sin el apoyo de marido, ni familia, ni amigos ( o eso pensaba ella), un día se perdió en los tambores de una semana santa malagueña, y aunque desde el principio sabía que no estaba eligiendo un camino adecuado, pudo más el afán de aventura, de acariciar lo que ella misma se había prohibido tantos años, que sucumbió al brillo de una etérea y vana estrella fugaz.
En lugar de escuchar a su propio sentido, se dedicó a acallar la mala conciencia entre fiestas, risas, palmas y olés.
Pasado el tiempo, un verano de agobiante calor, descubrió que se encontraba más sola que antes, que había “casi perdido” lo que más sentido daba a su vida.
Sus hijos estaban lejos, observando asombrados el cambio de su madre, sin comprender, pero sin reproches.
La mujer que no podía soportar el remordimiento, tuvo que sacar una vez más fuerzas de donde no las hay, enfrentarse a sí misma y decidir que debía retomar la senda que nunca debió de abandonar.
Tuvo que aprender a perdonarse, a pedir perdón, a aceptar sus equivocaciones .
Se hizo el firme propósito de salir adelante una vez más, por ella, por sus preciosos hijos y por esos increíbles amigos que creía perdidos.
Ahora cae y se levanta, unos días sus ojos recuperan el brillo de antaño, pero es tan duro el camino que por pequeños momentos se le ve en la esquina de ese bar hundiéndose en sus pensamientos, ahogándolos en alcohol, buscando respuestas al porqué de haber llegado a esa situación.”
-Señora, vamos a cerrar, está usted bien??
-Lleva horas mirándose en el espejo …
-Podemos ayudarle...
La voz de la conciencia sonrió a la mujer de la barra, y ella despacito recogió su bolso y a pasito lento se fue marchando deseando no volverse a encontrar en ese detestable lugar.
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Texto agregado el 01-11-2004, y leído por 395
visitantes. (7 votos)
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Lectores Opinan |
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17-01-2005 |
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No queda otra, empujarnos a vivir aunque sea renqueando. Bueno el dibujo del personaje que creaste, sin cabriolas increíbles, sino de las reales. Un abrazo Cardon |
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28-11-2004 |
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Buena narración, refleja sentimiento, la dureza de la vida contada de forma amable. Besitos paisana. Eulba |
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01-11-2004 |
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Está bien eso de los personajes algunos imposibles, otros excesivamente posibles...pero no, no me quedé en la primera frase... está muy bien el resto también, Habrá que decirle a la señora del espejo que adelante, siempre adelante (es una frase de un amigo mío, y funciona). luna-lunera |
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01-11-2004 |
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Ta muy bien esta historia que suena a cuento de los de todos los días... esa mirada perdida en el espejo, y detrás, sin verla, la sonrisa, seguro... Está muy bien, niña... a ver si como dice moe, te animas ... Un besote anapolar |
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01-11-2004 |
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Pues felicidades tambien; ya sabes, los mejores cuentos son los que no lo son, sino todo lo contrerio; p'alante con todo, que tu puedes. Un besote. Nomecreona |
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01-11-2004 |
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A un cuento así le vendría bien una banda sonora con canciones de Tom Waits, o de Lou Reed, del Sabina más canalla incluso de algua copla cantada con alguna copa de más. Texto bonito, que brilla, sin palabras que sobren, sin melosidad ni dramatismo. Niña, me tienes que escribir más, eh? Felicidades por tu texto, de verdad. moebiux |
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01-11-2004 |
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Buena narración; la conciencia no tiene pelos en la lengua. Enhorabuena. JuanRojo |
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01-11-2004 |
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Una historia llena sentimiento, muy bella... me alegra tener el honor de comentarte el primero. barrasus |
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