y eso es lo que hice; contratar una señorita.
luego de desnudarla apresuradamente hambriento,
como un entusiasta estudiante de cartografia,
me colge mirando su sexo.
imagine una ciudad alli escondida, de su matorral silvestre saliendo furioso, con todas sus ramas en lucha por asomar a la superficie del sol.
y debajo del follaje, las casas.
visto desde mi panoramica distante, solo divisaba una gran copa uniforme, que no conformaba mi imaginacion, deseaba ver mas , soñar despierto, entonces decendi con mi nariz en punta, hasta hacer tope, en las siempre enigmaticas formas del sexo femenino, tal vez lo mas correcto sea decir que es una trenza de carne.
quede pensativo, mirando fijo la enramada de su pubis.
algunas lagrimas, rodaron de mi rostro inperterrito, formando un lago artificial, frente a su plaza, junto al municipio, la iglesia.
todas sus ramas estan como forradas, con una malla metalica, rellena con adobe, levantandose torcidas, paredes de tierra, con formas de iglu,
chosas multiformes, con ambientes ideales como para fundar un mercado de pulgas.
unos labios carnosos me esperan alli arriba, como un volcan en erupcion, debere de emigrar hacia su boca, que es como un tunel del tiempo donde deseria caer, y caer.
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