Sin miedo a volar

Tranquila niña, que ya llega la noche, y en ella reposaran tus ilusiones. Descansa pequeña, que ya viene la hora de reflexionar sobre tus ideas y pensamientos. Que no te importe lo que diga la gente, porque tú sabes muy bien quien eres y lo que tienes.
Mucha gente no entiende porque para ti la vida es tan amarga, y es porque tu no crees en la esperanza, cuantas veces quisiste ser tu misma ante la sociedad, pobre niña!, el miedo te agrede. No, no sigas caminando a pie descalzo, que las piedras del camino de la vida pueden lastimar tus delicados pies de juventud. Tu sabes lo que dicen de ti, y eso te atemoriza, tranquila, que siempre te estaran cuidando los ojos de tu angel de la guarda.
No manches tu rostro de lágrimas que provocas lluvia, y aquel hombre que no tiene refugio se enferma de dolor y amargura. Cada noche te preguntas que es lo que espera la gente de ti, tienes miedo de fallar, tranquila... Que nunca te intimiden las ilusiones de aquellas persona que ponen en ti todos sus sueños. El mejor ejemplo de egoísmo, pero descansa que pronto terminaran tus angustias, pronto podras decidir por ti misma.
Los días pasan y conoces la sonrisa, la mano de la esperanza. En tu espalda nacen alas que bellamente blancas representan la madurez que se ha quedado para cuidar tus desiciones. Tranquila niña, que el nerviosismo no agobie la dulzura que te espera mañana. Duerme y pon tus sueños en orden, mañana podrás volar entre la gente y gritarles tu nombre sin miedo a que te las corten por el sólo hecho de no ser quien esperaron con tanta ilusión. Deposita en esta vieja ciudad tus miedos y que la alegre esperanza las ahogue en el río de la sabiduría. Pronto saldrán las etrellas que dirán que estas lista para volar con ellas.