Recordé las bebidas que transportaron mi cuerpo a un lugar extraño y dificil de encontrar.
Recordé aquella pared blanca manchada de sangre, las planchas abarcando muertes, pero era la presencia efímera de la muerte visitando el silencio que logró levantarme a otra dimensión.
Dormí tres días sin tu escencia, pero apenas el silencio abarcó mi plancha, cubrí con lágrimas aquellos lugares que plantaban nuestros cuerpos.
Sentir una soledad con ruido, con imágenes calladas y lágrimas en rostros como el mío; paredes con tu cara.
Texto agregado el 30-10-2004, y leído por 243
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