para ti que sabes bien quien eres

Toca mi piel con tus manos de fuego y nieve,
grita mientras enciendo la vela
que ha de conducirnos a la muerte.
Escribe un nuevo verso en mi entrepierna
con la sangre de cada una de tus venas,
desliza tu lengua por el laberinto de mi espalda
hasta donde tus prejuicios te concedan tregua.
Remonta mis alas,
vuela conmigo esta noche antes que amanezca
y el deber nos sorprenda
enlazados en un abrazo de una cama ajena.
Mírame una vez,
cuélate por mis pupilas, trágame completa
hasta que sólo queden las cenizas de otro sueño.