Tengo la cara manchada de vergüenza y deshonor
Agrietada por lágrimas que no traen culpa sino confusión
Me persiguen las lanzas de la inmoralidad, de la desigualdad
Me lastiman con las piedras del prejuicio queriendo penetrar directamente el corazón
No soy como vos, ni como el, pero se amar como todos los demás.

Creyendo que me sumerjo cada noche en un sueño obsceno
Intentan entrar en mi mente, en mi cuerpo, llevándose todo tipo de deseo
Pero nadie ve que no sale de mí, viene de vos, del ánima de que te posee
De la fuente de tu vibración, de tu profunda seducción
Quién podría dejar pasar semejante insinuación

Dicen que Dios no nos ampara, que él no nos hizo para estas cosas
Pero cómo no podría él aceptarte bajo mis sábanas
Sin ella sólo fraguamos las infinitas fantasías
Nacientes del amor que nos brindamos en compañía
Que no me vengan con mentiras, con palabras que él nunca diría

Escupen en mis mejillas vacuos insultos salientes de sus caras enmascaradas
Escondidas sin razón o quizás por no tener la razón para tal acción
No es justo que mi vientre hoy no pueda ser tu almohadón
Por un maldito capricho, por la envidia de unos pocos
Que deberían despojarse de sus prejuicios, cremarlos en su propio nicho.