LA CORRUPCIÓN AL PODER

Omar G.Barsotti

La cuestión de la corrupción en la R.A. ha tenido un intenso tratamiento público, con el no tan sorprendente resultado de reducirse a una trivialidad carente de precisiones y muchas veces o, casi siempre, un tópico para hacer denuncias que sustenten el marketing político y alimenten el inclemente y voraz negocio mediático.
En las reflexiones que siguen se intenta discontinuar esta metodología, que consiste en esconder un elefante dentro de una manada de elefantes, haciendo lugar a la descripción y comentarios de otras formas de corrupción que parecen corresponderse más con ese lado oscuro de nuestra idiosincrasia que nos ha impedido desarrollar conductas individuales y sociales más justas, responsables y ajustadas a un criterio ético, tanto en nuestra vida cotidiana como en la política.
////.En este artículo se toma como ejemplo a la Municipalidad de la ciudad de Rosario y a algunos estamentos del gobierno de la Pcia. De Santa Fé en la R. Argentina, dejando en claro que este análisis es aplicable a la mayoría de los gobiernos Municipales y Provinciales del país.
Por ello no enumeraremos las muchas formas de corrupción que el público conoce a la perfección. Lo que se pretende es señalar, destacar y analizar, una forma de corrupción cuya existencia ha sido muchas veces enunciada pero cuya investigación es sistemáticamente obviada y no es motivo de denuncia política y que parece gozar de una sospechosa omertà política y periodística y que para colmo, con ser conocida por el público, parece ser tolerada por éste..

Se trata de la exacción de recursos del Estado mediante el subterfugio de la creación de puestos contratados. El imaginario popular denominó, a los favorecidos con tales puestos, ñoquis, aludiendo a la costumbre argentina de comer ñoquis los días 29 de cada mes, ya que los contratados aparecen en escena solo ese día que, en los buenos tiempos, era el día en que se cobraban sin falta los sueldos de la administración pública. En la jerga militante partidaria el cargo por contrato es denominado bolita o chapa. Este último apelativo porque en época de los conservadores se conchavaba al agraciado en la policía, lo que implicaba portar una chapa, y bolita probablemente porque pasaba de mano en mano.
La figura del contratado es de gran amplitud, pero está claro que siempre la contratación de personal por fuera de la plantilla de personal permanente solo debiera obedecer a situaciones bien delimitadas.. Se pueden contratar peones, obreros y empleados y técnicos para determinadas tareas u obras, cuando no alcanza el personal existente y se requiere refuerzos por en un tiempo limitado. Con un sano sentido común, se trata de evitar engrosar la plantilla de personal permanente con empleados sin utilidad en el tiempo y cuya permanencia resultaría en una carga inútil para el erario público.
No son estas las razones por las que se contrata a la mayoría de los supernumerarios, sino la necesidad de pagar favores políticos, mantener una cantidad de aspirantes a estos empleos como colaboradores y, sobre todo, obtener recursos adicionales para la jefatura política ( sea esta o no partidaria) la que se queda con una importante parte de los sueldos otorgados.

Además, con la condición de transitorios se dan fenómenos concomitantes: primero, los contratados permanecen más allá de su supuesta utilidad; segundo, “El contrato” es permanente y puede ser ocupado por distintos favorecidos según que la facción política de turno lo requiera y, por último debemos considerar la trasformación del contratado en personal permanente. Estos travestidos funcionales son legión y cada camada de gobernantes deja buena parte de sus contratados como permanentes. Si uno tiene en cuenta los costos, prebendas y beneficios relacionado con el personal de plantilla estatal comprende hasta que punto se hace daño a los recursos del Estado con estos métodos. Manteniendo el ejemplo de la Municipalidad de Rosario puede decirse que, durante 12 años se pagaron U$S 10.000.000.- anuales en exceso en el Concejo Municipal en el rubro ñoquis. A nivel del Estado Provincial muchos de estos contratados, devenidos en personal permanente del Estado de la Pcia. de Santa Fe, están acogiéndose al recurso de Retiro Voluntario cobrando indemnizaciones que en algunos casos alcanzan cifras del orden de los centenares de miles de dólares.
Creo útil aclarar que el fenómeno no se aloja tan solo en los cuerpos colegiados. Todas las instituciones autárquicas del Estado Nacional y Provinciales sirven como aguantaderos para políticos en época de descanso y como fuente de recurso a través de los ñoquis. Entes públicos como el PAMI, ANSES y FONAVI, están recargados de contratados. Los entes reguladores, entre tanto han servido para aguantadero de políticos de mayor jerarquía y excelente conexión con los intereses de las compañias concesionarias de servicios públicos. Ni la Universidad se ha salvado de esta fiebre de repartir cargos .
En un momento dado el Ministro de Economía Cavallo estimaba que tres mil millones de dólares se fugaban anualmente del presupuesto por estas vías.
Como dato curioso debe tenerse en cuenta que la mayoría de los contratados políticos tienen calidad de asesores resultando que hay concejales y diputados que tienen veinte o treinta de estos especimenes sin que, a pesar de ello, mejoren los resultados de su gestión
Pero no tan solo se perjudica a los recursos económicos del Estado. La política como método de selección de gobernantes, legítimo manejo gubernamental y administración del poder resulta ser, si se quiere, la mayor damnificada.
El dinero del Estado derivado del pago de ñoquis es, en última instancia, poder. En Rosario, (en la Pcia. De Santa Fe rige la Ley de Lemas) por ejemplo, en las últimas elecciones de concejales, un segundo lugar en una lista con posibilidades electivas se obtenía por U$S 50.000.-. Una cifra no muy elevada si se piensa que en ese momento cada concejal disponía, por mes, de un aditamento de U$S 10.000.- para pagar a sus asesores con lo que la inversión era fácilmente recuperada en los primeros cinco meses, apenas un 10 % de la duración del mandato. Si un Concejal de Rosario se resignaba a vivir con su dieta (alrededor de U$S 45.000.- anuales antes de la devaluación.) y si lograba sobrevivir a la dolorosa carencia de sus asesores, podía ahorrar alrededor de 500.000.- dólares en un mandato de 48 meses.
Cifra que, en términos políticos otorga a su propietario un significativo poder para comprar publicidad y buena voluntad periodística, y ni hablar de una destacada posición dentro del orden cortesano que le ayudará a llegar a repetir el mandato o a pasar a un estamento superior. Simultáneamente podrá financiar a grupos de operadores políticos, los que suelen ser muy útiles en las elecciones o en las luchas internas, o, ¡bueno!, para los mandados..
Dijimos al principio, que estos extremos no son motivo de denuncia por parte de los políticos. No es difícil de entender. Casi todos los políticos en el poder, aunque sean oposición, gozan de los beneficios derivados del subterfugio del contratado. Y, los que no están en ejercicio del poder, o son ya contratados, o tienen esperanza de serlo.¿ Porqué romper un juguete que puede dar tantas satisfacciones?
Pero,¿ cómo reacciona el público llano ante esta situación?. He aquí una pregunta difícil de contestar. No porque no se tenga respuesta, sino porque la verdadera se sale de los moldes demagógicos y deja en una posición vulnerable al que se atreve a enunciarla.
Y bien, la cuestión es que el público en general tiene dos reacciones, por un lado una envidia de la posición de los favorecidos lo que puede generar una sospechosa condena moral, y, por el otro, la automática consideración de que quienes han llegado se “han salvado” y que, al hacerlo han hecho bien. Rara vez se obtiene del público una consideración seria del daño causado por la exacción de dineros públicos, por otra parte tan escasos cuando se trata de salud o educación..

Un ejemplo claro de lo antedicho se puede encontrar en el tratamiento dado por las autoridades Municipales ( Dto. Ejecutivo y Concejo Municipal. Se aclara que es un gobierno bioorgánico) a la cuestión de la deuda con el Fondo de Asistencia Educativa. Este fondo debe ser aportado por las Municipalidades y se destina a infraestructura edilicia y equipamiento escolar. Fue unilateralmente declarado inconstitucional por el Intendente Usandizaga y por ello la Municipalidad dejó de pagarlo. Para cuando Usandizaga abandonaba la intendencia, la deuda acumulaba llegaba a varios millones de dólares, alcanzando los once millones, más costas, cuando, luego de varios períodos y otros intendentes, la Corte Suprema de Justicia de la Nación determinó que el FAE es constitucional y ordenó pagar.
Es notable que solo uno de los intendentes que sucedieron a Usandizaga, Ramírez,estaba de acuerdo con la declaración de inconstitucionalidad, los otros dos, Caballero y Binner, que repitieron sus mandatos, habían sostenido a ultranza lo contrario y luchado desde el llano por que se abonara. Ambos, al llegar al poder, eligieron conservar sus recursos antes que devolverlos a la educación.
Mientras tanto, desde 1992 bajo la presidencia del Concejal Osvaldo Mattana (el “presidente gentil”, así denominado por los 60.000 dólares anuales que decía emplear en gentilezas de la Presidencia) el H. Concejo Municipal venía incrementando su presupuesto pasando de los 4.000.000 de dólares en 1991 a 12.000.000.-al momento del fallo que obligaba pagar la deuda con el FAE. Cabía esperar que en atención a el destino de los fondos del FAE se reestructuraran los presupuestos del H.Concejo y otras dependencias para obtener los recursos debidos a educación. Pero esto no ocurrió.
En una de las decisiones más infames que se ha tomado en la Municipalidad de Rosario, el Departamento Ejecutivo y el H. Concejo, decidieron pagar los 11.000.000.- de dólares mensualmente, en 30 años y sin intereses. En ese mismo momento el presupuesto del Concejo es elevado a U$S 14.000.000.-anuales llegando a incorporar una absurda cantidad de contratados y convirtiendo a muchos de ellos en personal permanente. Adicionalmente, el sistema ha permitido el enriquecimiento de muchos funcionarios ya que suman al subterfugio otro engaño al anotar como contratados a personas inexistentes o prestanombres que cobran una fracción del sueldo, mientras que el resto se lo lleva el funcionario que los hizo nombrar. Se puede decir sin equivocarse que muchas de las paredes que faltan en nuestras escuelas son parte de las suntuosas casas construidas por los funcionarios y sus parientes.

Llegado a este punto, uno se pregunta si es necesario agregar más comentarios para obtener una reacción de condena del presunto lector hacia quienes promueven estas prácticas. Quisiera creer que no, aunque sospecho que, lamentablemente, eso que llamamos abstractamente público, no termina de comprender que lo que se dilapida son recursos de su propiedad y, en este caso en especial, se comprometió el dinero destinado a Educación, la de sus hijos.
Cuando aseveró que el dinero generado por el subterfugio descripto es PODER no lo digo en sentido figurado. Lo es en todos los sentidos. En un momento dado, si un concejal de Rosario era suficientemente ahorrativo podía terminar su mandato con U$S 500.000.- dado los gastos que origina una candidatura quien puede hacer frente a un político munido de tal fortuna?

Omar Barsotti

NOTAS:
Las cifras manejadas son las de antes de la devaluación. Hoy día, la mayoría de las escuelas públicas de Rosario, se encuentran con sus infraestructuras edilicias colapsadas y, algunas con grave riesgo para la salud y seguridad física de sus alumnos. Los recursos del FAE pagados en forma inmediata permitirían, a lo menos, la construcción de 30.000 m2 de escuelas con todo su equipamiento. En cuanto al Heca, podría haberse terminado varias veces con una fracción del dinero malversado.