“Las historias equivocadas siempre tienen fecha de caducidad.”
Ambigua y Contradictorio se buscaron tiempo después, intentando encontrar un manojo de llaves. Ella se mostró esquiva pero cercana. Él se alejó protestando porque no estaban más cerca. Arrasaron con todos los argumentos posibles y se rindieron.
Tomaron fuerzas de donde no había y plantearon una tregua. Ambigua solo le podía ver como a un amigo, pero se entregó como nadie supo hacerlo jamás. Contradictorio prometió quedarse , pero al rato se desdijo. Se fue para siempre y juró no volver. Tiempo después regresó con la firme intención de no irse. Quiso cuidarla y actuó displicente y torpe.
Se alejaron y reaparecieron. Conocieron otros mundos y otros cuerpos. Se echaron de menos y se guardaron rencor. Desplegaron todo tipo de artimañas y se cuestionaron los últimos años. Se agotaron antes de reencontrarse.
Ambigua le pidió que se marchara con lágrimas en los ojos, y Contradictorio le garantizó sinceridad aunque al poco tiempo , mintió. Se cuidaron y se lastimaron. Ambigua, herida de muerte le lamió las heridas, antes de atender las propias. Contradictorio se dejó cuidar, aunque fingió no necesitarlo. Se empecinaron y no avanzaron. Desenterraron el hacha de guerra el mismo día en el que ella descubrió los fantasmas golpeando a la puerta. Contradictorio traicionó su confianza sin dejar de ser leal . Ambigua no volvió a creerle, aunque hubiera dado un mar de besos por hacerlo. Nunca volvieron a ir de la mano ni a caminar al mismo paso.
Naufragaron mil veces. Se rescataron mil y una. Sintieron rabia, miedo y sed. Náuseas y hastío. Desencantos y desencuentros. El abanico completo de cicatrices.
Ambigua se convenció de que la vida sería mil veces mejor sin Contradictorio, pero nadie le llenó de la misma forma. Contradictorio buscó en otros lugares, seguro de su mejor fortuna , pero tampoco nadie le llenó igual. Aún con todo entendieron que no había un lugar para ellos.
La última vez que se vieron se mostraron con la cara limpia. Contradictorio actuó con lógica y coherencia , se miró en los ojos de Ambigua y lloró ríos de lágrimas por todo el daño causado. Ambigua buscó el reflejo de lo que fueron y recordó lo que les unió, entonces supo ver que era único y distinto a todo lo que nunca tuvieron. Contradictorio fue valiente y vomitó todo el veneno. No volvieron a distorsionar la realidad , se pidieron perdón y quisieron ser dignos el uno del otro. Merecerse o desaparecer.
Contradictorio se apartó por primera vez , sin orgullos ni pataletas. Asumió lo perdido en el viaje y quiso creer que aprendería a querer de otro modo. Le fascinó el proyecto y en el camino encontró el manojo de llaves.
Ambigua sin embargo, cambió las cerraduras.
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