Tu indiferencia es el cuchillo que día tras día atraviesa mi carne. Carne maldita y putrefacta La sangre brota y no tengo a nadie que la beba. Solo, entre la oscuridad y el frío, desangrándome. Perdiendo la vida y la oportunidad de amarte Enmudecido el corazón roto y el alma perdida mi nombre olvidado al igual que mis sueños Cometí este mismo error una vez y volví a caer en el abismo "quiéreme ahora, cuando menos lo merezco. Porque es ahora, cuando más lo necesito"
Texto agregado el 26-10-2004, y leído por 85 visitantes. (1 voto)