El pensamiento dicho, se lo lleva el viento, el pensamiento escrito, se lo llevan los cuenteros. La decisión de vivir no fue mía, Como tampoco lo es el morir. Cuando no se de un tema temo ser devorado por la ignorancia, cada vez que pregunto a quien sabe menos que yo.
Texto agregado el 25-10-2004, y leído por 97 visitantes. (0 votos)